•[Capítulo 9]•

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De nuevo el argentino se disponía a levantarse ya despierto, con los ojos algo pesados y mirando dónde dormía, sí aún en el sofá con una frazada abrigada por la noche. Este recordó todo lo que había pasado la noche anterior y el día entero, cosa que soltó un quejido por sus acciones infantiles, o estúpidas para ablandar la cagada que se había mandado. Sí, se había disculpado y calmado las cosas con Chile, pero lo del beso y demás cosas lo dejó pensando lo tonto que había sido. Pero ¡Hey! Al argentino ya no le dolía ningún músculo ni nada, se sentía perfecto y su nariz destapada. Eso era genial, el remedio que le había dado el cara de estrella funcionó a la perfección.

...
Ya luego de haberse levantado, miró al pasillo, trató de ver si había alguien y no, el chileno no se encontraba presente. Así que solo se dirigió a la cocina de esa acogedora casa e intentó buscar algún recipiente para un mate, yerba, pero nada, solo había café o té para desayunar a esas horas del día.

-Jodeme, no hay nada? Ugh..- bufó el cara de sol para terminar agarrando el frasco de café, no le apetecía un té a esas horas, prefería algo que le levantara más. Así que solo buscó alguna que otra comida, la taza para su café, y puso la pava que encontró por allí al fuego para que hierva. Luego fue dejando en la mesa del comedor la taza y demás cosas para su desayuno, para resaltar su mañana de comida esencial iba a comer... Unas galletas de agua, nada genial ni delicioso, aunque el argento estaba acostumbrado a comer esas galletas típicas de sus mañanas.

En unos minutos el agua de la pava ya hervía, así que el mismo ente se dirigió a ella para apagar el fuego y agarrarla, finalizando toda su acción apoyando la pava en un posador de madera, esto para que el agua caliente no hiciera nada en la mesa. Él antes de vertir el agua en esa taza con café en polvo dentro se preguntaba dónde estaba el chileno, y por qué demonios era tan imbécil como para besarlo, esto le hacía pensar, mientras después servía agua en esa característica taza y ponía azúcar para endulzar.

-Nah.. flashié beso. La calentura, qué se yo- habló consigo mismo tratando de buscar qué decirle luego al cara de estrella sobre la situación calurosa que tuvieron esa noche, no quería lastimar al chileno en realidad, aunque fuera culpa de ambos. Sí el tricolores le llegaba preguntar sobre el beso, diría aquellas palabras que dijo anteriormente, aunque suene cruel igual.

Desayunó, como todos los días, tranquilo y pacífico. El chileno aún no llegaba, ya el argentino pensaba en que se escapó como su padre a comprar los cigarrillos, como para bromear esto último. Pero el chileno a lo largo de unos minutos, había llegado con unas bolsas de compras, cosa que el de celeste y blanco se le quedó viendo extrañado, ¿Tanto tardar en comprar?

-Hola wn, pensé que estarías dormido- dijo con una sonrisa cálida en sus labios el de tricolores

-Hola, y sí, suelo dormir más, pero no tanto en casas ajenas, problema mío, ndeah- dijo dándole un sorbo a su café el argento, el chileno por su lado dejó las bolsas de compra en la mesada de la cocina, para luego sacar productos de allí y guardarlos donde debían ir ordenadamente.

-Ché.. ¿y cómo te va con la economía? ¿Todo bien acá?- preguntó para variar temas de conversación el que tomaba un café, no le gustaba tanto el silencio entre dos entes presentes

-Y.. bien, supongamos que "bien" ¿Y tú?- contestó algo dudoso el chileno

-¿Yo? Ay.. no te voy a mentir, una mierda en el tema de economía, encima ahora se vienen las votaciones presidenciales, y.. no hay ninguno que sea bueno, corrupción, políticos de mierda, etcétera de cosas. Lo de siempre..- dijo bajando la mirada para no ver a los ojos al chileno por sus problemas que hace años están presentes

-Soy una cagada boludo, pero bueno.. en estos problemas estamos todos así, ponele que la mayoría. Encima hasta mi hermano, la provincia rebelde le va mejor que a mí, matame- se quejaba de si mismo, tratando de ignorar el sentimiento de frustración u estrés que le provocaba el mundo donde vivía

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