曇り

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La menor se sentía usada, como si no fuera nada más que un despojo al que podían pisotear sólo para aparentar algo que evidentemente no eran, dolía, dolía que apesar de haberles confiado su cariño ellos hubieran decidido usarla igual; sin importarles en lo más mínimo lo que pudiera llegar a sentir cuando se enterara de la verdad, dolía que le hubieran dado lo que buscó por tanto tiempo sólo para que se lo arrebataran al final.

¿Por qué yo?— se preguntó al empuñar con fuerza ambas cuchillas antes de balancearse hacia el frente del titán acorazado; logrando distraer su atención del camino que seguía recorriendo, Bertholdt la miró directamente mientras intentaba articular una palabra; pero la pelinegra se negó a escuchar lo que fuera a decir, no podía seguir confiando en una boca que sólo sabía sobrevivir a base de engaños a pesar de que necesitara escucharlo defender el inestable sentimiento de amistad que ella quería creer que él seguía teniendo, clavó las cuchillas dentró del espacio en los ojos del titán de Reiner al notar que por un momento éste había disminuido su velocidad al tenerla tan cerca.

—¡Ahora, inmovilicenlos!— exclamó el pelinegro ante la oportunidad que les había brindado la rabia de Nagame, la joven recluta se postró sobre la coraza que protegía a Reiner sin llegarle a importar si éste intentaba apartarla, su objetivo era el ojigrís que la miraba con temor, se acercó con cuidado de no alterarlo lo suficiente como para que intentara escapar una vez más; hasta encontrarse lo bastante cerca como para abalanzarse sobre él y tomarlo por el cuello de su ropa e imposibilitarle cualquier tipo de movimiento.

—Na-nagame...— susurró al sentir la presión que comenzaba a generar su antigua compañera por encima de su ropa, la pelinegra lo empujó contra la coraza de Reiner para acallar su voz, la cual seguía siendo igual de dulce apesar del lío en el que estaban metidos.—¡No!..No te atrevas a decir mi nombre...no después de lo que hiciste...— exclamó con voz frágil apretando el agarre en su ropa; empujándolo con más fuerza al ver como sus ojos le demostraban un arrepentimiento que era incapaz de ser fingido.

—...so-sólo respóndeme una cosa...— dijo con un hilo de voz tembloroso, el menor contuvo la respiración al sentir que la pelinegra podría romper en llanto en cualquier momento, no estaba preparado como para verla en ese estado tan vulnerable.

—...si sabían que todo iba a terminar así..entonces..¿Por qué permitieron que me siguiera acercando?...sabían todo de mí...y aún así decidieron hacerlo ¿Por qué..?— preguntó con lágrimas bajando por sus mejillas cayendo sobre el rostro del ojigrís, Bertholdt cerró sus ojos con culpabilidad al ver como sus acciones habían logrado lastimar a una persona que aparentemente carecía de puntos débiles, trató de limitarse a escuchar tal y como le prometió a Reiner; pero el ver como una de sus pocas amigas se desmoronaba frente a sus ojos le hacía imposible sólo escuchar sus lamentos, aunque sus palabras ya no tuvieran credibilidad, él en verdad estaba arrepentido.

—Porque eras nuestra amiga..—respondió afligido.—¿En verdad piensas que yo quería hacer esto? ¿Yo entre todas las personas, quería matar a inocentes y traicionar a mis compañeros?..— la pelinegra lo observó consternada al escuchar un dolor similar al suyo en cada una de sus palabras.—..nunca quise hacerlo.. nunca buscamos lastimarte; pero cuando nos dimos cuenta ya era demasiado tarde, ya habíamos aceptado tu amistad..— afirmó con culpabilidad en su voz, la menor bajó su cabeza al comprender que ambos eran incapaces de decidir sobre sus acciones, habían sido condenados a destruir lo que lograron valorar y no podían hacer nada para evitarlo.

—¡Nagame, sal de ahí! ¡Lo interrogas después!— la pelinegra dirigió su mirada hacia la voz de su superior; pero sin intenciones de moverse hasta escuchar todas las respuestas que necesitaba, el ojigrís comprendió la razón de la orden del capitán por lo que apartó rápidamente a la menor; empujandola lejos del titán acorazado sin darle tiempo como para que pudiera reaccionar, Levi vio la acción del menor y sujetó a la pelinegra con fuerza para evitar que cayera por la confusión que le impedió actuar rápidamente.—¡Levi, él estaba..!— trató de reclamarle al pelinegro; pero el estruendo que resonó cerca suyo se lo impidió, volvió su mirada hacia Reiner sólo para obeservar como Eren se abalanzaba sobre el titán dejándolo inmovilizado sobre el suelo, lanzando múltiples de escombros por el aire en el acto.—Recuerda que no planeamos matarlos, la información que saben nos es bastante valiosa— afirmó antes de arribar a tierra nuevamente, la menor apartó la mirada al sentirse avergonzada por ver como se había dejado cegar por banalidades una vez más.

After the Rain Donde viven las historias. Descúbrelo ahora