After the Rain

嵐

La noche resplandecía sobre sus cabezas mientras esperaban noticias del pequeño grupo que fue tras el titán acorazado, se encontraban bastante preocupados; pero a pesar de la situación Hange seguía indicándole al pelinegro que descansara.

—¿Quieres que duerma mientras esos tarados siguen desaparecidos? Normalmente no me interesa lo que esa bola de idiotas haga; pero en este momento es distinto— afirmó apartando a la castaña al moverse con brusquedad para evitar que la mayor siguiera sosteniéndolo en un intento por hacerlo sentarse.—Todos estamos preocupados, la diferencia entre nosotros es que tú estas exhausto, en verdad, tienes que descansar— el mayor la miró con desaprobación, impidiendo que la mano de su compañera volviera a alcanzarlo.

—No podré descansar hasta no ver que esa idiota regrese a salvo— exclamó con molestia, detestaba que lo único que pudiera hacer fuera esperar, aborrecía tener la fuerza necesaria para traerlos de vuelta y no ser capaz de salir del cuartel por culpa del fallo en su equipo, estaba molesto de que por algo tan pequeño como eso estuviera siendo afectado por la preocupación que comenzaba a agravarse por el tiempo que les demoraba a Nagame y a los demás regresar.

—Confía en que esta bien, tú la entrenaste..es bastante fuerte— comentó; logrando que el pelinegro se calmara un poco, la relación que tenían Levi y Nagame era un tanto peculiar; pero seguía siendo bastante obvio que los dos se llevaban bien, e incluso podía asegurar que en cierta parte ambos se entendían, de una manera un tanto extraña; pero lo hacían, la castaña comprendía que el mayor estuviera tan nervioso, sin embargo, la mayoría tenía esperanzas sobre Nagame, sabía que ella no caería tan fácilmente.—El que sea fuerte no la hace menos idiota,— afirmó tomando asiento.—Sigue siendo demasiado imprudente, y...ahh, no hablemos más de esto..— suspiró agotado, entre menos pensara en ella mejor, el mantenerse en un estado constante de preocupación no lograría que nada cambiase para bien, aunque lo detestara; lo único que podía hacer era esperar a que regresara en una sola pieza.

—Descansa, por favor, si quieres puedo traerte algo de té; pero por favor..— el pelinegro la interrumpió levantando su mano para indicarle que la idea del té no se escuchaba tan mal, la castaña asintió dando una ligera palmada sobre su hombro antes de alejarse para prepararle la bebida al mayor, el capitán desvió su mirada hacia la pequeña ventana del lugar; esperando que pronto pudieran escuchar algo de Eren y los demás, se sentía intranquilo por el mal presentimiento que toda esa situación le estaba causando, por alguna razón la idea de que la pelinegra no regresara lo ponía extrañamente nervioso, no quería sentirse así; pero era algo que parecía estar completamente fuera de sus manos, negó sutilmente para dejar de pensar más de lo necesario, no necesitaba hacer de esa complicada situación aún más complicada, por lo que decidió limitarse a mirar inútilmente la imagen que dejaba ver la ventana; en un intento por dejar de confundir a su mente de manera innecesaria, no tenía tiempo como para sentarse a deducir el porque de su repentino nerviosismo, debía actuar acorde al rango y nombre que poseía: "capitán de escuadrón, el soldado más fuerte de la humanidad, Levi Ackerman", no podía mostrar cualquier otra cosa que no fuera seguridad; o en ese caso, frialdad, no podía perder su determinación como lider sólo porque una de sus compañeras se tardaba en regresar, debía calmarse.

»—Tranquilo Levi, podemos arreglarlo— afirmó la pelinegra al intentar calmar a su superior de un enojo momentáneo ocasionado por la limpieza mediocre que había realizado el escuadrón.—Debemos arreglarlo, es un asco tener que quedarse en una pocilga como esta, no puedo creer que todos sean unos inútiles para limpiar— exclamó con fastidio; tomando con poco cuidado el trapo que mantenía la joven recluta en sus manos.—Cálmate~ Nadie puede ser tan bueno como tú, no deberías esperar demasiado— comentó con la misma alegría que mantenía al momento de hablar con su superior, el pelinegro suspiró con molestia mientras arremangaba sus mangas.