Estaba sentada en el cesped de uno de los parques de mi ciudad, Madrid era grande, inmensa, pero también era preciosa. Se escuchaba a los pájaros cantar, mientras el sol iluminaba las flores y calentaba el agua con sus rayos. Me encantaba visitar este lugar, me tranquiliza como ningún otro. Sinceramente, soy una persona muy solitaria, no soy de esas que tienen un montón de amigos, ni de esas que salen a tomar cada tarde algo como una CocaCola, empezando por que ni loca me tomaría una, ¿sabéis la de calorías que tiene? además, desde pequeña siempre he escuchado que la CocaCola es mala, que te quema todo por dentro poco a poco, pero aun sigo dudando en si eso es verdad o sólo es una mentira más que va pasando de persona en persona.
Habían madres con sus hijos, gente paseando a sus mascotas.. y yo aquí, sentada. Pensando en mi, en mi vida, en qué quiero ser y qué quiero hacer de mayor. A mis 16 años, no tengo nada claro, solo que quiero disfrutar al máximo todo lo que viva. Nunca he tenido sueño. La verdad es que soy una persona muy pesimista de mi misma, siempre pienso que nunca voy a hacer las cosas bien, que nunca voy a tener lo que alguna vez deseé o que incluso no debería ni existir. La vida hay que vivirla, y pese a que yo he dicho que quiero vivir al máximo la mia, no lo hago. Me paso el dia metida en casa, viendo mi seria favorita, leyendo un poco o escuchando música. No salgo. No bebo. No fumo. Ni tengo novio.
Sin darme a penas cuenta, ya no estaba sentada, sino que mi cabeza reposaba sobre aquel verde cesped mientras mis ojos se fijaban en el azul y claro cielo que había sobre mi y sobre toda esta gente. Cerré los ojos por unos segundos y en silencio. Pero no duró mucho.
- Pero qué mierdas.. - me levanté de golpe al sentir que algo golpeaba mi cara, dándome un gran susto y háciendome despertar de mi "mini siesta" - Apff.. duele.. - froté mi rostro mientras me ardía la cara, había dolido lo suyo.
- Lo siento, lo siento, lo siento, lo si.. - repetía un chico el cual no había visto en mi vida, se agachó mientras seguía repitiendo que lo sentía una y otra vez con sus manos en su pelo. Cansaba.
- Cállate ya. - le solté - Ya me he enterado de que lo sientes, puedes quedarte tranquilo.. - le miré y una sonrisa se formó en su rostro - ¿Por que sonríes? ¿Te hace gracia? - cogí la pelota, era lo cual me había golpeado y rebusqué en mi bolso. Me sentía vengativa, encontré lo que buscaba, mis llaves, y las agarré. Levanté mi mano como si fuera a incar aquel trozo de metal en el balón. Obviamente no iba a hacerlo.
- ¿¡QUÉ HACES!? ¡NO, NO, NO! ¡NO LA PINCHES! ¡ME HA COSTADO CONSEGUIRLA! Bueno, a mi no, a mi hermano, pero.. ESTATE QUIETA, POR FAVOR - gritana levantado sus manos a la defensiva.
- Esto te pasa por no tener cuidadi, a ti y a tu hermano, sea quien sea. - guardé mis llaves después de unos minutos, sin soltar el balón, me levanté de un salto y cogí mi bolso.
- ¿Me la puedes dar, por favor? - preguntó haciendo un puchero.
- Conmigo no sirven los pucheros, se siente. - sacudí mi trasero para no dejar rastro de la tierra o del cesped. Noté una mirada en mi culo, pero la ignoré, hasta que empezaba a molestarme. - ¿Se puede saber qué miras?
- Hmm... nada. Sólo quiero mi balón, tía.. esto es una gilipollez. En serio, dámelo. - suspiró.
- Pues esa tontería a mi me ha molestado, tío - le remarqué lo de "tío" - En fin.. - iba a irme pero no iba a ser una maleducada así que me dispuse a despedirme - Hasta luego - le guiñé un ojo mientras le enseñaba el balón, el cual seguía en mis manos.
Iba caminando cuando alguien me agarra por detrás, por la espalda, y el mismo chico que me había dado con el balón, me lo intenta arrebatar, pero eso se quedó ahí, en el intento. Si algo se que tengo, es fuerza. Cuando vió que no había conseguido quitarmelo, lo volvió a intentar, pero mientras me reía por no llorar, mi pierna se levantó dándole un gran golpe en sus partes y de su boca salió un gran chillido.
"Que marica.." pensé.
Finalmente el chico se rinde y se queda ahí parado, en frente de mi. Me di la vuelta para ver quien me había agarrado de tal manera, no había sido brusco ni si quiera me había hecho daño, todo lo contrario. Me encantó, me había sentido bien, protegida. Cuando alzé la mirada, me quedé extrañada. Eran iguales. ¿Gemelos o..? No le di importancia y eché a correr antes de que me reclamaran por el balón y mientras el se quedaba ahí parado, pudriendose de dolor.
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Juego De 2 [Danisu & Tu]
Fiksi PenggemarNo voy a resumir nada, simplemente quiero decir que en esta historia, puede ocurrir cualquier cosa, incluso lo más inesperado.