Capítulo 1 "Estrella de la mañana"

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No como una princesa... ni como un ser nacido para la unión de los reinos... sino como lo que eres... nuestra hija.

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MYTHICAL BUTTERFLY —SIDE STORY

YVAINE

Capítulo 1 "Estrella de la mañana"

El día daba inicio con las primeras luces del sol atravesando por la ventana, giró su cuerpo cobijándose un poco más sin querer salir del cómodo sueño en el que descansaba, al estirar su brazo pudo notar que se encontraba solo en el lecho, lo que provocó que se levantara rápidamente buscando con la mirada a su compañera de vida...

Un delicioso aroma lo invadió, haciéndole sonreír y bajarse de la cama en pasos algo torpes por haber acabado de despertar, sabía que estaba bien, pero tenía la imperiosa necesidad de asegurarse cada día que ella se encontraba a salvo, después de todo lo vivido, su corazón no sería capaz de soportar la carga de perderla... de perderlas...

La pequeña cabaña que ahora sentía más cercana y familiar que el propio castillo donde creció, sólo poseía 3 ambientes, por lo que no demoró en encontrar la razón de su preocupación al abrir los ojos esa mañana y con ella, el olor que se colaba por su nariz... Al verlo la genuina sonrisa de la joven lo saludó, y sin importar el ya crecido vientre de su amada esposa, le pareció que no había otra mujer más hermosa que ella, caminó de manera pausada hasta llegar a su lado, poniendo ambas manos en su cintura, provocando el sonrojo de la diosa, quien por acto de reflejo acarició su mejilla, bajando su mirada hasta donde las manos de él se encontraban...

—Estoy enorme, ¿no crees? — la risa se coló entre los dientes del ex monarca, acentuando aún más el color rojo en el rostro de su mujer.

—Mi diosa... míreme... —elevó con sus dedos el mentón de su amada hasta su altura – No hay mujer más bella que usted, y si está tan crecido, es porque dentro lleva vida... eso es lo que es mi diosa... usted es vida y amor... — besó su frente, la comisura de sus labios, arrodillándose frente a ella llevó la caricia hasta donde crecía la vida que los conectaba en un solo ser...

—Ali... — retomó la postura erguida, haciendo que ella lo siguiera con la mirada, sin apartar una de sus manos del vientre, llevó la restante a acomodar sus cabellos tras su oreja en un gesto tan propio de protección – Te amo... —sus palabras llegaron flotando hasta sus oídos.

—También lo hago Stacia, yo las protegeré, incluso con mi vida...

—No digas eso de nuevo... no podemos perderte otra vez—el miedo en su voz era evidente, ambos no deseaban que aquel suceso ser repitiera.

—No volveré a alejarme, primero tendrán que acabar conmigo. —era el juramento más importante que repetía en todo momento en su cabeza, no las dejaría y no permitiría que algo les pasara.

—Ali... —no pudo seguir el reproche cuando sus labios fueron atrapados por los de él, lo amaba en todas las formas en que se puede amar a un hombre, con todas las virtudes que encontraba en él, pero también con los demonios internos que habitaban en su alma, en su maldición, misma que ella lucharía por romper, quería liberarlo, más si no llegara a lograrlo, ella se quedaría ahí, en el mismo infierno si eso le permitía estar a su lado...

.

La mañana se sentía alegre, el avanzado embarazo de Stacia lo hacía sobreprotegerla aún un poco más, pero no podía, ni quería traspasarle sus miedos, verla radiante de camino al pueblo lo hacía feliz, una tranquilidad que se contagiaba en el aire del campo abierto como si comprendiera su dicha. No quería que ella caminara tanto, pero su entusiasmo, cual niña pequeña, lo invitaba a olvidar sus muchas preocupaciones, centrándose en ella, después de todo, era su diosa la que le repetía que una mujer impregnada puede trabajar con normalidad, en su rostro se dibujaba la alegría hecha sonrisa...

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