Capítulo 2 "Alivio efímero"

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YVAINE

Capítulo 2 "Alivio efímero"

El sonido de mis pasos por el corredor, me trajo de vuelta del estado de semi inconciencia en el que estaba, cual mi cuerpo actuara sólo por instinto e inconsciente de su entorno hasta ese momento, caminé por el amplio pasillo iluminado por el enorme ventanal al final de este, el piso alfombrado y paredes cuidadosamente adornadas, mientras mi mente divagaba en la extraña sensación de que algo no estaba bien... ¿Mi castillo?... ¿Por qué estaba ahí?... Detuve mi andar al ver una de las puertas entreabiertas; con la mano derecha empujé con delicadeza, terminando por abrirse por completo con un sonido mudo al dejar escapar la claridad que albergaba; la decoración en tonos rosas y adornos bordados con formas de mariposa, se encontraban por doquier, encontrando mi vista con una cuna pequeña en medio de la habitación, cubierta con un velo, mis pies se movieron en su dirección, por la atracción inmensa que me provocaba, mientras las comisuras de mis labios dibujaban poco a poco una sonrisa, aún no entendía muy bien qué es lo que ocurría, más, el corazón me latía con el cálido sentimiento de pertenencia en cada paso hasta el centro de esa estancia, pero esa entrañable sensación se apagó en el mismo instante en que mis manos corrieron el velo que me permitiría por fin conocer cuál era el tesoro custodiado en ese lugar, iluminado con tanta intensidad... Misma que de un segundo a otro se perdió.

La luz del día había sido cambiada por una oscuridad constante, buscando con la mirada, en tanto mis pupilas se dilataban tratando de ubicarme en el lugar; era pequeño y leves sonidos como sollozos se oían en la lejanía, de manera lenta mi mente reconoció donde estaba... era mi hogar... la cabaña... esa que compartía con Stacia... con mi hija...

Mi angustia amenazó comprimiendo mi pecho, no era capaz de ver nada y el llanto, que con el paso de los minutos llegué a comprender de quién provenía al inundar mis oídos...

—Stacia... mi diosa...

Mis pasos se volvieron torpes, cual mis piernas perdieran las fuerzas, volviendo laxos mis movimientos; al tiempo que una tenue luz se colaba, iluminando entre las penumbras la imagen de mi diosa de rodillas, dándome la espalda, con el pelo cayendo desordenado y suelto entre sus hombros que temblaban en espasmos que recorrían su cuerpo trémulo, provocando a mi corazón la impotencia de no ser capaz de evitar su desconsuelo, sentía su sufrimiento como si fuese mío... me acerqué despacio...

—¿Mi diosa?... ¿Mi amor?... —pero, una vez más, antes de que mi mano llegase si quiera a alcanzarla, la perdí de vista. El cielo se abrió en un paisaje gris, desvaneciendo su imagen de mis ojos; los campos de sembradío podridos que me recibieron, dibujaban el miedo con que en vano la buscaba; el firmamento alumbraba con una luz enrojecida, mientras el nauseabundo olor del lugar ingresaba quemando a mis narices...

Comencé a correr al ver en la lejanía la pequeña cabaña, Stacia estaba ahí y debía llegar, al costo que fuera, hasta ella... Mis pies descalzos se hundían en cada paso, volviéndose cada vez más difícil avanzar; caí al tropezar con un bulto ennegrecido entre la tierra mojada, sólo para notar que era un pequeño animal que yacía sin vida, espantándome al ver en los alrededores, uno tras otro los cuerpos inertes, del mismo carbonizado... mi respiración se volvió errática; sólo quería llegar con ellas... levantándome del piso, únicamente para volver a caer... con dificultad inmensa para despegarme de aquella tierra que parecía, si no me alejaba, podría empezar a quemarme. Tenía que hacer algo... reunir fuerzas... tal vez... ese poder... la bestia sería capaz de levantarse... pero no quería recurrir a ella... ¡No!

El fango me había entrado hasta en la boca, hundiéndome poco a poco dentro de su horizonte. No podía esperar más...

—¡Stacia! —la desesperación no iba a acabar conmigo... por lo que sin importar las repercusiones que tuviera... si era la única forma de sobrevivir, lo haría...

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