J-22

645 73 2
                                    

Escalofríos recorrieron su cuerpo al dar cada uno de sus indecisos pasos, sentía finas ramas y hojas secas romperse bajo sus pies y la eterna presencia de cada uno de los Liray que a sus cuatro lados tenia, enfrente, derecha, atrás e izquierda. Los árboles resonaban con el viento formando una tenebrosa sinfonía que no ayudaba demasiado a su pesar, su corazón palpitaba tan rápido en diferentes ocasiones que era capaz de sentir su tibia sangre recorrer su cuerpo que en esos momentos se encontraba figuratibamente congelado, los grandes follajes de las copas de los árboles y las nubes que cubrían la luna impedían que sus ojos lograba ver más allá de su nariz impidiéndole saber hacia que lugar se dirigía o más bien era guiada. Repentinamente y tras largos minutos de camino sintió el suave pelaje de dos de las cuatro criaturas aprisionarla, su respiración al igual que su corazón se agitó aun más preparando su cuerpo para las diferentes y posibles circunstancias que al sentirlos tan cerca se había imaginado pero distrayendola de ese extraño estado y pensamiento, sintió una ráfaga de frío viento chocar en contra de sus piernas que eran cubiertas por el vestido que en esos momentos usaba y a la lejanía logró escuchar un reconocido y hasta cierto punto natural y reconfortante sonido, fue ahí que se dio cuenta, en esos momentos pasaban el puente que ella y su Natsu-sama habían descubierto hace días, los Liray la aprisionaban para que ella no fuera en otra dirección y por consecuencia cayera del mismo por alguno de los dos lados, sorprendida por su pensamiento siguió su camino y por los siguientes minutos comenzó a caminar torpemente pues habían dejado atrás el pequeño sendero que sólo una vez había caminado, el accidentado camino por el que ahora era guiada provocaba que tropezara cada vez más seguido con raizes salidas del suelo o piedras de diferentes tamaños y formas que no lograba ver, en uno de esos pasos su pie tropezó con una de las primeras y estuvo a punto de caer, solo salvadose al tomar por el pelo del lomo a uno de los Liray que simplemente volteó su mirada a la vez que detenía su paso solo para ver que ocurría, Juvia rápidamente compuso su postura y soltó a la criatura temiendo que esta por el jalón de pelo se enojara.

- Juvia... Juvia lo siente - Dijo ella rápidamente, pero solo escucho el sacudir del pelaje y sintió un pequeño empuje para que siguiera su camino, sin darse cuenta los minutos había pasado convirtiéndose en casi dos horas de camino sin detenerse, con el corazón a mil y preguntándose en donde estaría su pareja, si estaría bien y a salvo, si en algún momento llegaría a salvarla o la dejaría ahí sin más, por su mente se crearon diferentes escenarios por los que el mago pudo haber pasado, quizá salió a dar un paseo y se perdió en el bosque o recorrió el mismo para cumplir su misión y cayó por el barranco o las criaturas que la guiaban le habían hecho algo, cada escenario que se imagina era peor que el anterior llenandola de impotencia pues bien sabia que podía enfrentarlos pero... Ganar era un asunto diferente, la vez anterior pudo vencer de uno en uno con ayuda de su mago pero esta vez sabia que sería diferente, sumida en sus pensamientos una fuerte ráfaga de viento choco en su contra una vez más, en un instante y al darse cuenta ella se encontraba en un pequeño claro donde en el centro un inmenso árbol que parecía tan viejo como la vida misma se encontraba, la oscuridad que la rodeaba fue alegada por tres suaves resplandores azules que iluminaban todo a su alrededor uno de ellos proveniente del mismo árbol pues sus ojas parecían brillar en esa oscuridad, los Liray se apartaron de ella y parecían no estar molestos ni incómodos con esa luz pues estos estiraron cada una de sus extremidades y a paso lento tres de ella se acercaron al origen del resplandor donde docenas o cientos más ellos se encontraban, unos grandes y otros más pequeños, dejándola a ella y a otra de sus hermanos atrás.

- Juvia... - Escuchó ella a la lejanía una voz que erizo su piel y emocionó su corazón, por lo que enseguida comenzó a buscar con la mirada al responsable. - Juvia... Ven... - Escuchó una vez más, pero en esta ocasión reconociendo la voz, alegre, confiada y cariñosa.

- ¡Natsu-san! - Grito ella, al distinguir a su amado mago a la lejanía parado cerca del árbol, este para su sorpresa era acompañado por dos Liray pero estos no eran como los demás estos parecían soltar un aura que al igual que el árbol era azul y dos cabezas más altas que el mismo mago que simplemente la observaba con una sonrisa, pero a ella sin importarle recorrió el último tramo que los separaban apresurada más adelante podría preguntar que había ocurrido, con pequeñas lágrimas que amenazaban por caer de sus ojos al ver que él se encontraba bien y a salvo, al llegar hasta él lo atrapó en un abrazo que por un momento lo dejo sin aire. - Juvia pensó que... Algo malo le había pasado... Juvia sabia que Natsu-sama no sería capaz de dejar a Juvia sola - Dijo ella undiendo su rostro en el pecho de su Natsu, que solo se limitó a escucharla sin decir palabra alguna, solo le sonrió y de igual forma rodeo su bello cuerpo entre sus manos reconfortado a su compañera y amada.

- Gracias por traerla y cuidarla - Dijo Natsu al viento mientras la maga aun seguía entre sus brazos.

- No... - Le contestó alguien que no fue Juvia, para sorpresa de la maga la voz era femenina, suave como de una brisa de viento que se esparciera por todo el claro y las montañas, - Gracias a ti por ayudarnos - rápidamente Juvia se apartó un poco del abrazo del mago y con la vista busco al responsable de dicha voz.

- Natsu-sama?...- Cuestionó ella al no ver a nadia más que a los Liray.

- No nos harán nada... - Contestó Natsu con una sonrisa reconfortante para Juvia pero en si eso no era lo que ella quería saber, buscando con la mirada la fuente, tomó la mano izquierda del mago notando que esta de igual manera brillaba, sorprendida por alguna razón que ella no supo decidió mirar la suya descubriendo que se encontraba en la misma situación.

- Miré Natsu-san - Dijo ella con una sonrisa mostrando su extremidad al mago que curioso la miró.

- No esperaba menos... - Habló una vez más la voz, - mi clan y yo te agradecemos,  toma eso como un bono aparte del pago por haber terminado su misión y habernos ayudado en nuestro momento de necesidad - lentamente uno de los Liray que era rodeado por la misteriosa aura se acercó a ellos, observó por escasos segundos sus manos y para su sorpresa una suave y humeda lengua los acarició.

- He... Gracias - Dijo Juvia al sentir un gran escalofrío recorrer su espalda por el mojado contacto, su mano ahora humeda dejo de brillar y ella fue capaz se sentir una reconfortante sensación inundar su pecho, Natsu solo sonrió y atrevidamente levantó su mano provocando que los más cercanos que descansaban o simplemente miraban al cuarteto mostrarán sus dientes en forma de advertencia y se prepararán por si algo ocurría, pero solo al ver que uno de los Liray más grandes se dejaba acariciar levemente por el pelaje regresaron a su estado original sin embargo no volvieron a apartar su vista de ellos.

- Juvia... Regresemos a casa - Dijo él para sorpresa de la maga que simplemente sonrió y abrazo el brazo del mago.

- Si, Juvia lo seguirá - lentamente fueron alejándose por el mismo camino por el que Juvia había llegado siendo observados por las criaturas aun misteriosas, solo al estar al extremo más alejado del claro Natsu levantó un poco su mano libre y esta fue envuelta con el mismo brilló tenue del árbol.

- No contaremos su secreto! - Grito el mago sacudiendo su mano y sin más partieron  a las profundidades del bosque, donde a cada paso que daban el brillo de la mano del mago aumentaba permitiéndoles observar el caminó.

- Natsu-sama... ¿Que a ocurrido? - Preguntó ella observándo el tranquilo rostro y caminar de su pareja.

- Mmm?... - Preguntó él dando un gran bostezo, lentamente rodeó a la maga con un brazo por su hombro y recargo su cabeza en la de ella. - Muchas cosas... - Contestó él.

- ¿Esta cansado? - Preguntó ella rodeando al mago de igual manera por la cintura mientras intentaba mantener una platica.

- Un poco - contestó él.

- Solo aguante... Sabe Juvia esta feliz por encontrar a su Natsu-sama a salvo -

Novitate Donde viven las historias. Descúbrelo ahora