Música ligera // Lukanette (Two shot)

Don

"Quiero saber que me pasa.
Te pregunto que me pasa
y no sabes que contestarme,
porque claro, de seguro te mareé.
Con mis idas y vueltas
te cansé con mi cámara lenta,
y aunque trato, nunca puedo
apurar mi decisión."

Mareos

—Marinette ¿Estás bien?— mi visión estaba borrosa, aún sentía esos mareos, veía a Adrien frente mío viéndome un tanto preocupada. Oh, diablos, que ridícula podía llegar a ser a veces.

No es que me desmayara continuamente, pero el hecho de haber visto a Adrien y ti charlando en aquel evento escolar sobre quién quería que fuera su pareja en el baile de otoño que la escuela organiza me desequilibro. Ninguno mencionó mi nombre en aquel instante, pero ambos me lo pidieron en distintos momentos después de eso.

A los dos les he dicho que iba a pensarlo. A ninguno me atreví decirle que no.

Alya me ve preocupada mientras Adrien me ayuda a levantarme. Seguro ella no sabe porqué no le he aceptado inmediatamente al rubio en cuanto me lo pidió, pero es que estas últimas demás todo ha cambiado mucho.

Tú me has cambiado mucho.

Adrien me está preguntado algo a lo que siendo sincera no presto mucha atención. Te intentó localizar a la distancia; estás con tu grupo de amigos y ellos te están contando algo, a pesar de ello tú te dedicas unos segundos sólo a sonreírme de esa manera tan cálida que sólo tú sabes.

Veo a Adrien.

— Perdona si te incomodo mi pregunta.— y ahí está él, con esa personalidad tan reservada y dulce; que me preguntó si siquiera él es parte de este mundo.

Luka, antes sabía bien lo que sentía.

"En el preciso momento en que todo
va cambiando para mí, en ese instante,
te aseguro que alguna señal te di,
pero no me escuchaste,
tal vez sin intención de tu parte,
puede ser un poco débil
el sonido de mi voz."

Señal

Ese día sin duda no era el mejor de todos. El clima lluvioso había impedido a Alya venir a mi casa como era su costumbre. La tormenta era la más grande en años, el Internet se había ido junto con la señal de televisión. Era tal la situación que me preguntaba si tal caos había sido provocado por un akuma; Tikki decía que no, que no percibía un aura maligna en París justo en este momento.

Quizás no todo lo malo en esta ciudad era provocada por Hawk Moth.

Ayudaba a hacer pan a mi papá, cuando estornudé.

—Me parece que alguien se va a enfermar.— insinuó mi padre un tanto divertido. — Ve a ponerte un cubrebocas, no quiero que llenes la masa de mocos.— lo mire un tanto molesta.

—Sólo estornude, pá'. No me voy a enfermar.— seguí extendiendo la masa con el rodillo; necesitaba hacer algo para entretenerme, para no pensar en que tenía que tomar una decisión de una vez por todas. Él me mantuvo la mirada, parecía firme ante su orden. Por fin, agaché la cabeza rendida.— Está bien, iré por uno.— corrí hacia la sala donde mi madre solía guardarlos y traté de bajar de manera inmediata.