Un mal para todo bien

El inicio

Según la mitología china, todo tiene su lado negativo, si hay paz hay guerra, si hay luz hay sombra, así mismo se dice que dos almas que están destinadas a estar juntas, siempre tienen que ser distintas... Entre más parecidas sean las dos almas, menos se van a entender.

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-Zerina... Zerina... ¿Dónde estás?- Habla un hombre de aproximadamente 50 años, su cabello largo y teñido de blanco por la edad hacen juego con su espesa barba, sus ojos color café, grandes y profundos, expresaban preocupación. -ZERINA, NO ESTOY PARA JUEGOS NIÑA, ¡VEN AHORA!

-Ya voy, no te enojes.- Una hermosa niña de 8 años que salía de su escondite con la cabeza gacha mientras se paraba frente a él. -Perdón, solo estaba jugando.

El viejo se queda contemplando la niña unos segundos, luego se acuclilla para quedar frente a ella y tomarla por lo hombros haciendo que ella lo mire, una niña verdaderamente linda, unos ojos cafés claro muy expresivos que te hacen sentir paz con tan solo una mirada, su tés trigueña combinaba a la perfección con sus castaños cabellos que caía hasta sus hombros, unos labios pequeños, pero carnosos, y sus cejas tupidas, alta para su edad, pero era de esperarse ya que su padre era demasiado alto. Traía puesto un lindo conjunto blanco con negro el cual la hacía lucir aún mejor, era digna de admirar.

-Pequeña, sabes cuánto me gusta jugar contigo, pero ahora te toca ir a visitar a Cilina.- Habla el viejo. La nena frunce el ceño, él sabe cuánto odia ella ir donde esa señora, pero aun así tenía que ir. - Si ya se Zerina, no me mires así, cuando vuelvas jugamos todo lo que quieras para compensar tu ida a la casa de Cilina.
-Deiron, no quiero ir, no.- Ella se cruza de brazos mientras le hace pucheros para ver si él cambia de opinión, cosa que no va a ser posible. -¡POR FAVOR! No quiero ir, ella es mala conmigo...

El viejo abre los ojos, cómo está niña puede decir que es mala con ella cuando él siempre que la va a recoger la ve de lo más feliz comiendo helado mientras mira la televisión...

-Pero niña, ¿Qué cosas estás diciendo?- Pregunta él poniéndose de pie y estirando la mano hacia ella para que la reciba. -Mejor vamos que se nos hace el tarde.

Zerina acepta con los ojos aguados, odiaba ir a ese lugar, nunca le dio buena espina, era algo horrible para ella.

Lo que Deiron ni Zerina se habían percatado es que unos ojos los observaban desde lo alto de un árbol, unos ojos negros, sin embargo, solo la seguían a ella. -Ella es mí elegida.- Susurro para sí misma y de ese modo se esfumó en las espesas hojas del árbol.

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Llegaron a una casa bastante grande a pesar de solo tener dos plantas. Lo malo de aquella casa era su oscuro color, no representaba vida, daba tristeza solo verla tan grande y tan oscura. La niña solo al verla sintió un frío tremendo recorrer todo su pequeño cuerpo, en cambio el viejo solo vio una casa normal, con un raro color de pared. Llegaron a la entrada de la casa y él se dispuso a tocar, no alcanzó a tocar el timbre cuando la puesta se abrió dejando a la vista a una señora mayor, de unos 70 años más o menos, llena de cañas y arrugas en su piel.

-¡Oh! Hola.- Dijo fingiendo sorpresa la vieja. -Ya los estaba esperando preocupada, estoy segura que me habían dicho que venían a las 6:30pm.- Comentó mirando su reloj de mano.

-Hola señora Cilina, lamento mucho haberla hecho esperar.- Contesto el viejo. -Tuvimos algunos inconvenientes.- Dijo resaltando su última palabra mientras dirigía una mirada a la pequeña. -Zerina, saluda por favor.

-Ho... hola.- Dijo la niña con un toque de miedo en su voz.
-Hola pequeña Zerina.- Dijo la vieja mientras abría más la puesta para que pasara. –Deiron.- El nombrado la miro dudoso. -¿Piensas pasar a tomar algo?

-No, yo ya me tengo que ir.- Dijo mientras se agachaba para hablar con la pequeña. -Zerina por favor pórtate bien, en una hora vengo, no te metas en problemas y hazle caso a Cilina.

La pequeña asintió temerosamente mientras jugaba con sus pequeños dedos. Deiron se levantó, le estrechó la mano a Cilina y se fue, no sin antes cerrar la puerta, y ahí quedó la pequeña con aquella señora que tanto la atormentaba.
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Y de nuevo los mismos ojos viéndola desde lo lejos, a ella, como si algo buscara en su ser. Algo quería de ella, pero aún no lo podía tomar. Prefiere quedarse en un oscuro lugar para observar y darse cuenta de que si es ella la elegida.
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-Ahora si pequeña... ¿Por qué tanto miedo por venir aquí?- Pregunto la vieja con una sonrisa diabólica en su rostro. -Qué pasó niñata, ¿acaso te comió la lengua el ratón?- Dijo está última palabra mientras señalaba uno que había en la esquina de la sala, y no un ratón vivo, sino muerto. "¿Cómo es que Deiron no lo vio?" pensó la niña.

-Y...yo n...no teng...- No alcanzó a terminar de hablar cuando la vieja la tomo del brazo con brusquedad y la mandó a un pequeño cuarto con mucha humedad.

-No hables... No me hagas perder la paciencia niñata estúpida.- Dijo la vieja mientras la apuntaba con el dedo.
Aquellos ojos negros al presenciar aquel acto se llenaron de furia, no lo dudo un minuto y salió de su escondite dirigiéndose directo a la casa. Ya dentro fue directo donde la vieja. Sin ser vista u oída se paró detrás de ella, y empezó a decir uno de sus cantos con tal de descubrir la verdad detrás de ella.
-Arucol atsa etna dadrev alos anu, nózaroc olos nu res ed nózar alos anu ,roiretni ut en atluco dadrev al emartséum.- Cantó ella mientras la vieja solo se quedó quieta. -Con que eso es lo que eres ¿eh vieja? - Dijo triunfante la muchacha. -Una estúpida bruja, ¿Qué es lo que quieres con la niña?- Musitó mientras le daba la vuelta a la vieja.
-Con... conque también... sabes... de... de hechizos- Espetó la vieja mientras la veía sin poderse mover. -Un simple cántico... no me va a parar siempre.- Siguió hablando la vieja mientras se empezaba a mover más, y sacaba una de sus sonrisas que hacían erizar la piel de la muchacha que ya no podía controlar la inmovilidad de la vieja.
-Pero... ¿Cómo? Yo soy más poderosa.- Dijo la chica mientras aumentaba sus fuerzas para mantener el agarre en la vieja Cilina. -Una simple bruja de tercera clase no me va a ganar.
-Sigue hablando pequeña muchacha mientras yo solo me hago más fuerte.- Musitó la vieja. -Bueno ya, me cansé de juegos.
Sin saber cómo Cilina se suelta del agarre mágico de la muchacha de ojos negros, la cual cae impulsada por la fuerza que tenía ejercida en su agarre. Por otro lado, Cilina ya no era una vieja, su cabello blanco lleno de cañas ahora era rojo con puntitas plateadas. Su anterior rostro lleno de arrugas ahora mostraba una tés blanca, de una señora de aproximadamente 30 años, con ojos verdes y pecas sobre su nariz, pero algo que aún no había cambiado era su sonrisa malévola, la cual ahora iba a dirigir a la chica de ojos negros.

Espero logren descifrar mi idioma :3