COME WITH ME

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Ray × lectora

Ya seis años preparandose para su momento ansiado. El momento en el que el sonar de las campanas del reloj a media noche anunciaría su cumpleaños que daba cabida a su cosecha automática.

El sonido que abría paso a su negación por ser comida. Y a su venganza en contra del sistema y de todo ser que alguna vez quiso poner su cerebro en su boca para devorarlo.

Él no caería sin dar pelea.

Si es que "dar pelea" es el término correcto para lo que estaba a punto de hacer.

Caminó por los pasillos oscuros gracias a la noche, haciendo crujir la madera vieja bajo sus pies. La huída ya está condenada a fracasar casi por completo. Norman está muerto. Emma ya no necesita sus muletas, pero su espíritu parece estar decaído. Isabella amenaza a (T/N) con que cada día que pasa, su cosecha se acerca precipitadamente. Y pues, Ray simplemente quiere terminar con todo antes de tener una flor roja en su pecho, drenando su vida con cada segundo que pasa. Quiere terminar con él mismo, para que tengan oportunidad de escapar, para que ella tenga oportunidad de escapar, si es que aún existe tal oportunidad.

Forzaba sus piernas a dar pasos sensibles tras otros. Estaba decidido, y ya nada lo podía parar. Se había preparado tanto tiempo, tantos sacrificios, tanto dolor, solo para sentir llegar este día. El día que descendería al infierno por sus pecados.

Su plan iba a la perfección. Tan sólo un párrafo en un libro lo separaba de haber vaciado completamente su reserva de libros de la biblioteca, consiguió todo el aceite posible para hacer arder en llamas el orfanato, nada parecería interponerse, pero no tomó en cuenta un factor variable que cambiaría, no necesariamente para bien, el destino de su plan. No contó con el factor, llamado (T/N).

Sus memorias le querían jugar bromas en el peor momento. Insitándolo a que aún había tiempo. A que lo que estaba por hacer no era la salida, y nunca la sería. Recordar todos los momentos vividos junto a sus amigos. Recordar momentos vividos junto a (T/N), que es por quien él si daría su vida, sus sueños e incluso esperanzas, sólo para verla salir viva de este infierno. Por lo menos, su muerte tal vez le pueda dar un chance, una ventaja, cualquier cosa, para que (T/N), por lo por lo menos solo (T/N), tenga la oportunidad de escapar.

Pero...

Sus pies se detuvieron sin su consentimiento al pensar aquello.

Una pregunta no antes hecha se plantó en su cabeza.

Estaba dudando.

(T/N) lo hizo dudar.

¿Quién la protegería en su ausencia? ¿Quién se aseguraría de su bienestar? Cuando la tonta (sin ofender hermosas lectoras<3 ) amante del bosque se raspe la rodilla, cuando se hiera la mano, cuando se caiga de un árbol, ¿quién la atrapará? ¿Quien la tratará? ¿Quién la vendará...?

¿Quién...la amará tanto como lo hizo Ray?

Su determinación pareció flaquear un segundo, cuando horrorizado por su destino al que él mismo se estaba obligando a someter, retrocedió unos pasos del lugar donde sucedería todo.

No...

Estaba perdiendo tiempo.

Tiempo que no puede desperdiciar.

Sacudió de manera pobre y poco segura toda duda y pensamiento obstructivo de su mente. Se centró en su plan, al que ya no le puede fallar después de tanto tiempo.

Dió un profundo suspiro, y continuó caminando sin mirar atrás a sus recuerdos de infante, que eran residentes de la vieja casa que se tornaría en poco tiempo en nada más que cenizas.

YAKUSOKU NO NEVERLAND × LECTORA |ONE-SHOTS|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora