a good place;; kooknam // vol. 1

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-¡Joonie, ponte el sombrero! -proclamaba la de baja estatura, mientras perseguía al pequeño niño

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-¡Joonie, ponte el sombrero! -proclamaba la de baja estatura, mientras perseguía al pequeño niño.

-¡No quiero mamá, me veré estúpido! -gritaba el contrario mientras sentía como su progenitora estaba a punto de alcanzarle, cosa que pasó segundos más tarde.

-Me lo agradecerás cuándo no te quemes toda la cara, ¡y ponte la crema solar! -reprochaba mientras sacaba un bote de protector solar del tremendo, casi infinito, bolso de playa, mientras que se giraba para dárselo a su muy enfurruñado hijo de diez años de vida.

Este a regañadientes se expandió la crema por toda la piel expuesta que el bañador que llevaba dejaba ver y acabó poniendo un gran pegote en el tabique de su nariz y alrededores, aunque esa zona ya estuviese tapada debido al gran gorro de granjero que portaba, por culpa de su madre, y que lo hacía parecer un sombrero andante. Además de recordar a ese personaje de aquel anime tan famoso.

El niño al ver que su madre no estaba mirándolo, rápidamente salió corriendo para hacer alguna de sus travesuras, como siempre que la pequeña mujer se esncontraba despistada. Cuándo llevaba un buen rato caminando por la playa, intentando divisar alguien a quién hacerle alguna de sus pillerías, se topó con que casi al final de la orilla de la playa, empezaba el bosque, un hecho bastante extraño para el paraje de dónde Namjoon era, por ello, el niño comenzó a entrar por un camino de tierra que conducía a ese desconocido lugar.

Poco después, cuándo el pequeño Kim tenía sus desnudos pies llenos de tierra, se dió por vencido, ya que allí no había más que el sonido de los pájaros y el silbido de varios insectos, junto con un pequeño murmullo del viento que hacía pensar que alguien te estubiese susurrando en los oídos, casi como una caricia.
Sin embargo, al darse la vuelta para volver al lugar de dónde procedía, se le nubló la vista al darse cuenta de que ya no existía un camino por el que retroceder, ahora solo se encontraba un giantesco prado, con una serie de árboles, que podías contar con una mano y casi tan grandes como titanes.

En el centro de lo que parecía ser un altiplano con escaleras de mármol, un tanto desgastadas y verdosas por las enrredaderas que a estas cubrían, se hallaba una fuente, que más que fuente parecía un lago por su talle, y que derochaba riqueza por todos sus chorros, los cuales eran decorados con estatuas de leones, grifos y otros tantos seres, todos estos de oro, que parecían como si fuesen a cobrar vida de un momento para otro, a ese nivel llegaba su grado de detalle, tanto era este, que incluso se podían distinguir cada uno de los pelos de las largas pestañas de una pequeña ninfa que salibaba agua rosada de su orificio bucal, decorado por luces tenues, que hacían ver todo como un cuento de fantasía.

Y ahora que Namjoon se fijaba, todo sonido antes mencionado había desparecido, ningún pájaro se regocijaba en su canto, el viento había dejado de acariciar los oídos del pequeño niño, y sólo ahora se podía escuchar el chapoteo de la inmensa fuente, cosa que puso la piel de gallina al pelinegro infante.

Poco duró su confusión ya que el momento de semi silencio se acabó debido a que en ese instante se dejó aparecer una melodía de arpa que cada vez se escuchaba más, al mismo tiempo que la incertidumbre de Nam crecía, ¿qué estaba pasando allí? Todo era muy extraño y tétrico.

De pronto, la figura del centro de la fuente empezó a temblar, casi con alma propia, pero no parecía ser esa la razón de por qué estaba pasando aquello, la propuesta más factible que el cerebro de Joon podía procesar parecía ser la correcta, y era que, la tremenda figura de aquella diosa, empezaba a elevarse, y gracias a esto se podía observar que realmente no era una estatua, si no que más bien era una especie de cápsula la cuál contenía a un ser extremadamente bello.

Namjoon, que seguía temeroso de aquel montículo de piedra, se sorprendió cuándo, después de la aparición de el atractivo personaje, unos extraños peldaños afloraron de las entrañas de la fuente, dando así paso a un camino que llevaba directamente al frente de la vitrina.
Namjoon, que ante todo era curioso, se encaminó al maravilloso chico, que aparentaba estar dormido, o mejor dicho, congelado.

Al estar enfrente de él pelirosa, el niño comenzó a mecer su mano con la intención de que el contrario despertase, cosa que no funcionó. Al rato, viendo que no iba a resultar, se dispuso a abrir la vitrina. Examinó si por allí se encontraba algún tipo de botón o palanca, nada por ningún lado.

Ya desesperado comenzó a dar suaves toquecitos a la vidriera. Conforme la paciencia de Namjoon desaparecía, su delicadeza iba a la par, y por ello en uno de los golpes hacia la cristalera, esta desapareció antes de que la mano de Nam la golpeara, así dejándola pegar un buen porrazo al pecho del extraño pelirosa, que era a esa altura a la que le llegaba el pequeño niño.

Namjoon, asustado, retiró rápidamente su mano, como si aquello fuese a arreglar algo, cosa que claramente no haría.

-No está bien que golpées a la gente así, puedes hacerles daño -una soberbia voz habló sobre la cabeza de Namjoon, este miró hacía arriba y se topó con los preciosos ojos de el chico que antes Namjoon juraba dar por dormido.

     (Wait a little;;)

No se si hacerlo historia jsjksjsk :')

Monnie

Namjoon bottom 'shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora