Capítulo OO2

5.5K 834 330
                                    

No me gustaría sonar como un aguafiestas, pero tratar con alguien como Jeon JungKook era un maldito problema.

     Los últimos dos días, desde que lo conocí, se esmeró en ignorarme. Cuando digo "ignorar" no me refiero a que me dirigía la mirada, se reía de lo que dijera y se daba vuelta. No. Él ni siquiera me miraba. Literalmente. No me miraba en absoluto, ni siquiera para preguntarse a sí mismo si es que me conocía. Si intentaba hablarle se daba media vuelta (aún sin verme); si hablaba detrás suyo mientras caminábamos, lograba escabullirse y perderse entre las personas; una vez lo atrapé sentado, me senté a su lado, y creí que me hablaría, pero en cuanto me acomodé y tiré mi mochila al suelo, se levantó y se fue; y cuando llegué a buscarlo por la biblioteca solo tiró un cigarrillo, que vayan ustedes a saber dónde lo consiguió, lo pisó y se fue caminando.

     Mi vida no podía ser más deprimente y molesta que eso. Quiero decir, ya tenía los suficientes problemas con la escuela como para tener otro más. Mierda de semana del amigo
   
     Como sea, el jueves había comenzado de la peor manera. Al salir de casa se cayó mi sándwich; mis botas se llenaron de lodo de nuevo y la lluvia azotó fuerte cuando iba en el bus. El joven "yo sólo llego a fumar a la escuela, deja de hablarme" (o sea, JungKook) se subió en el mismo bus que yo, por otro lado no pareció notar mi presencia. Y yo no hubiera notado la suya, créanme, porque no podría interesarme menos su existencia, de no haber sido por... ¡Ah, sí! Ese aire de estúpido melancólico que provoca que lo voltees a ver.

     Que faltara sólo un día para terminar la mierda de la semana de amistad o compañerismo era genial. Parte de mí se sentía aliviada. Aunque, admito, también estaba angustiado porque no tenía nada del informe (ni la pintura, la puta pintura) que se suponía debía escribir. Intenté decirle al maestro Wang que mi compañero estaba perdido en su mundo y que no podría hacer el trabajo pero me mandó a la mierda... Bueno, casi. Él dijo que a veces necesitamos poner esfuerzo en aquellos que son difíciles. La cosa es que yo no me iba a poner a rogarle a un idiota, no es algo que tena solución, algo que pueda arreglar, ¿a caso no es suficiente el ignorarme como si fuera una piedra?

     —¿Y tu amigo JungKook? —se burló Hansol en mi nariz, dándome unas palmadas.

     Caminaba por la fila de la cafetería porque tenía hambre, quiero decir, ¿por qué más estaría en la cafetería? Hansol iba conmigo como de costumbre; a él no le gustaba desayunar con su compañero y el mío estaba probablemente fumándose un cigarro por ahí. No pienses que estaba súper al pendiente de JungKook, simplemente era de suponerse. Si lo vieran, sabrían que no hay forma que ese cuerpo escuálido desayunara comida real.

     —Mmm —dije incómodo—, ni lo menciones.

     —Cuando me preguntaste su nombre... Sabes, no pensé que fuera tu compañero.

     Hansol fue quién me dijo cómo se llamaba nuestro fumador. No fue tan difícil, simplemente pregunté cómo se llamaba el tipo delgaducho que fumaba dentro de la biblioteca, o a plena luz del día en la entrada de la escuela. Me miró y dijo: Ah, Jeon JungKook. ¿Cómo es que Hansol sabe eso y lo identificó como si fuera su mejor amigo de toda la vida y no una descripción banal de un chico cualquiera? Me pregunto lo mismo. Supuse en su momento que Hansol era la clase de persona que se entera de todas las cosas que suceden en la escuela, pero que mantenía un perfil bajo como yo.  Pues, el caso es que me respondió su nombre y solo eso, como si fuese una celebridad que debería diferenciar del resto de chicos que fuman en la escuela, como si Jeon JungKook fuese la gran cosa.

     —¿Y qué harás para el trabajo? Se entrega el lunes.

     —No lo sé —le respondo sincero planteándome todos los auto castigos que tendré—. Ah, y es también esa pintura que debemos hacer...Bueno, ya, supongo que reprobar.

Small Talks | kookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora