Capítulo OO4

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Mentiría si dijese que aquella cotidiana actitud de él me sorprendió del todo. En realidad, cierta parte de mí, sabía que el chico reaccionaba así, como si no le importara nada. De hecho, dudaba que algo en este mundo fuese importante para él y tuviese su total atención; pero no me hagan caso, solo pensaba estupideces; es la clase de cosas que uno hace cuando el orgullo está por los suelos, es que ese tipo era tan complicado que no podía entender su forma de actuar. Quizá no es que fuese complicado, tan solo no lo conocía en lo absoluto. 

     Y aunque decidí no preocuparme demasiado por él, supuse que, ocasionalmente las cosas llevarían al mismo lugar que siempre.

     Al final de cuentas entregué mi trabajo al maestro Wang, y ya. Pero no la pintura, ¿cómo pintaría alguien si apenas recuerdo sus facciones? Solo redacté. Fue todo lo que hice, lo describí -y lo cito, como "un ser depresivo que me hacía sentir más miserable de lo normal". No sé qué tan malo suene eso, y otra descripción no encajaría con aquel pelinegro de aspecto melancólico. De igual manera, no había visto a JungKook en todo lo que restó de la semana. Inclusive cuando fui a la biblioteca a ver algunas revistas de biología; casualmente revisé si no estaba por ahí, y... Bueno, ¡no estaba!

     Ahora, no me lo tomen a mal, pero casi siempre este tipo de cosas me llevaban a tener más problemas. Y con "este tipo de cosas" me refiero a interesarme por alguien que realmente no vale la pena; pero no es un interés amistoso. Fue algo que no comprendía, algo como querer pintar un libro de colorear sin salir de la tienda donde lo venden. Me pasaba con la gente problemática que mantenía a mi lado, al final los veía como un libro para pintar. Tomé en cuenta, en algún punto de mi semana, ese pensamiento y me propuse dejar de pensar en él. Hasta Hansol se la pasaba diciéndome que no debía importarme, porque era cierto que de verdad no me agradaba el tipo.

     —...Y tú siempre estás diciendo que odias a la gente así —decía Hansol caminando conmigo hacia la parada del bus.

      Sentía mis botas, específicamente en la suela, llenarse de lodo, y también mi nariz incomodarse. Había algo de frío porque terminaba de llover, aún caían algunas gotas pero nada que me detuviera de caminar por ahí con Vernon.

     —Lo sé. Pero, no sé... —Me contradije. Él me observó algo confundido y yo moví la cabeza antes de seguir hablando—. Quiero explicártelo. No puedo hacerlo. No encuentro las palabras.

     —¿Te has planteado que tal vez eres algo curioso?

     Pensé un momento en esas palabras. Tal vez. Pero nunca me había fijado del todo en que suelo buscar todos los detalles en las cosas que me rodean, más, siendo sinceros, en las personas. Me gustaba tener detalles de los demás que difícilmente podrías notar, pero amaba más ver todo lo malo en ellos, pues me ayudaría a entender qué debo o no hacer. Era como jugar y adivinar sin que te dieran pistas, descubrir lo que son todos por detrás de las caretas. Hansol, comúnmente, llamaba a esa actitud "ser curioso"; yo lo llamaba "descifrar".

     —Sí... Sigo sin saber. Es que parece que él tiene muchas facetas, es difícil. Quiero saber qué piensa.

     —Pero...

    Hansol me miró detenidamente, un segundo más tarde, suspiró, y agitó la cabeza, dándome unas palmadas en el hombro. Podría apostar que mi propia cara estaba desfigurada en una mueca de total y completo desagrado, simple y sencillamente porque me sentía muy frustrado al querer saber más de JungKook, y saber cosas, pero no las suficientes.
   
     —Pero cuando creo que tiene algo en la cabeza, dice algo y mi perspectiva cambia.

     —Ahí el problema. —Chasqueó los dedos y sonrió grande—. Por lo que me has dicho, la única conversación decente, duró menos de 30 minutos. ¿Por qué piensas que puedes saber cómo es tan fácilmente?

Small Talks | kookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora