CAPÍTULO 1 | "Superficial"Thomas:
El día comenzó igual que cualquiera de los anteriores. Dylan se sentó a mi lado, en el segundo asiento de adelante del lado de la ventana.
- ¡Tormenta de onda! -me saludó un chico raro y bajito como solo él solía llamarme. Era algo así como un intento de niño que quería juntarse con mis amigos y yo, pero que nunca lo conseguía. Ni siquiera sabía porque me llamaba así, pero decidí tomarlo como un halago por la expresión alegre de su rostro.
Pauline, la chica francesa de intercambio con la que dormí hace menos de una semana, me saludó con una radiante sonrisa, mostrándome sus dientes blancos y brillantes.
Por alguna razón, volver al colegio, después de un fin de semana extra largo más conocido como vacaciones de primavera, era prácticamente como volver de una guerra. Todos se saludaban y lo más probable es que todos nos hallamos visto más de una vez los días anteriores al regreso a clases.
Me volteé unos centímetros detrás, para saludar a Lisa y Steve, desde que ellos eran novios mi amigo apenas era conciente de mi existencia. Sin embargo, mi atención fue capturada por el hecho de que los tres asientos del medio del salón aún se encontraban vacíos. No tenía sentido, no había ningún examen en los próximos cuatro días, ¿por qué no estarían en clases?
- ¡Tierra a Thomas! -me llamó Dylan, agitando su mano delante de mis ojos y yo la aparté al instante. - ¿Extrañando a las estrellas del salón?
Mi mirada pasó de una molesta a una confundida.
- ¿Estrellas? -él asintió con la cabeza. -,¿Hablas de Britney, Amanda y Heather? -él repitió su acto anterior, elevando y bajando las cejas con diversión en sus ojos.
- Voy a invitarla a Britney a mi entrenamiento de football. -habló con naturalidad, casi como si no recordara que yo era el mariscal de campo de su equipo. -¿Quién sabe? -añadió, encogiéndose de hombros. -Incluso tal vez la invite a mi casa.
- ¿Viejo, en serio piensas salir con Britney? -preguntó Steve, añadiendose a la conversación. Las mejillas de Dylan se tornaron rosadas y no pude evitar reír.
- Esa chica hace menos de un año ni siquiera hablaba. -dijo abrazando a su novia por los hombros.
- ¿Qué tiene? Heather era horrenda hace un año, Amanda es nueva y ni siquiera es la más sexi. -se justificó. -Además de que Brit tiene un cuerpo perfecto.
Mi mente voló en las palabras de Dylan. Recordé por un momento a Britney y a Heather en los tiempos en los que se juntaban con un montón de perdedores. Incluso me dio escalofríos las vueltas de la vida.
Las tres entraron por la puerta como si nada y se sentaron en sus clásicos lugares. Cuando el timbre sonó y vi a Dylan acercarse a Britney supe que era mi oportunidad. Amanda y Heather se habían apartado de aquella escena de coquetería barata que mi amigo llevaba a cabo y repase en mi mente lo que diría.
"¿Oye, entiendes algo de química? ¿Podrías ayudarme a estudiar para el examen?"
Llevé una mano a mi cabello, sonaba estúpido pero probablemente funcionaría. La había atrapado mirándome más de una vez y no podía ser menos que Dylan. Si él salía con una de esas chicas, yo también lo haría.
- ¿Se te ofrece algo? -preguntó Heather, enmarcando una ceja. Sus brazos estaban cruzados a la altura de su pecho y parecía algo a la defensiva. ¿Habría recordado que hace un mes me había prestado su lapicera y aún no se la había devuelto?
Mis manos sudaron un poco, pero lo ignore. Nunca en mi vida me había sentido nervioso al dirigirme a una chica, pero ella tampoco notaría que lo estaba.
Sonreí y volví a peinar mi cabello. Sus ojos cefé irradiaban chispas y se veían entrecerrados, como si desconfiara de mí. Amanda, por otra parte, me veía como cualquier chica del salón lo hacía. Para ella era casi intocable, alabado por un rol de deportista carismático de bonito cabello, pero Heather simplemente parecía que yo le desagradaba por completo.
Mi mente no pensó en ese momento. Estaba atrapada entre las perfectas curvas de las cejas de Heather y mi boca improvisó por si sola. Ni siquiera pensé que estaba a punto de borrar esa molestia de su rostro y transformarla en pura sorpresa.
- En realidad sí. -le respondí y no le di tiempo a reaccionar. -Ya que Dylan la está invitando al entrenamiento a Brit... -dije adentrandolas en el contexto. Mi atención cambió su posición y se dirigió a la ojiverde. -¿Tu vendrías a verme, Amanda?
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COMO SER LA ABEJA REINA [Thomas Brodie-Sangster]
Teen FictionTras años de ser invisible, Heather decide que la clave para llamar la atención del mariscal de campo era convertirse en una de esas chicas malas de las series y películas norteamericanas.