XXV

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Como les dije esta historia no es mía la encontré en internet y lo siento si desapareció por un bueeeen rato pero tuve varios problemas y no tenía chance de publicar la historia

ULTIMO CAPITULO
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Nuestros protagonistas corren raudos hacia el rastro de Naraku a través del frondoso bosque, con los sentidos alerta ante cualquier peligro que pudiera presentarse. Habían dejado a Shippo con Rin y Jaken por si las moscas. Las mikos estaban concentradas sintiendo el aura maligna que desprendía el demonio; los chicos y Sango estaban expectantes; la quietud del bosque solo era interrumpida por los sonidos de lucha que provenían de más adelante. Cuando dejaron atrás la linde del bosque presenciaron una batalla entre dos demonios, bueno, mas bien uno, pues Naraku no se puede considerar demonio, ya que es un humano a quien poseyeron cientos de demonios, surgiendo un ente que se autodenominó "demonio". Desde ese día el mal se extendió por el Sengoku y hasta los demonios le temían a ese ser que decían absorbía youkais.

Naraku se encontraba a cierta distancia de su contrincante. Exactamente no luchaba, sino que enviaba a sus marionetas para que lucharan por el, como buen cobarde. Las lanzaba hacia su oponente, un youkai conocido y respetado por todos los demonios: rostro hermoso con marcas violáceas en las mejillas, ropajes regios, una espada poderosa y otra curativa en el cinto, bello y largo cabello plateado hasta la cintura y unos ojos dorados tan penetrantes que con solo mirarte te paralizan en el sitio. Si, Sesshomaru, medio hermano de Inuyasha y señor de las tierras del Oeste, se encontraba luchando con el demonio. El falso hanyou enviaba a las marionetas contra el taiyoukai, el cual las esquivaba con una facilidad humillante para Naraku, asestándoles un golpe con su látigo de energía y aterrizando majestuosamente en el suelo.

Los recién llegados observaban lo fácil que le resultaba a Sesshomaru enfrentarse a Naraku y una mirada de secreta admiración se plasmó en sus rostros al darse cuenta de que nunca estarían a su altura… Inuyasha lo miraba con rencor y odio. Kagome lo notó y decidió intervenir.

- Inuyasha

- Que

- Se lo que estás pensando y no es buena idea.

- …

- Se el odio que le tienes y todo eso, pero ahora no es momento de rencillas familiares

- Ya lo se, pero no puedo evitarlo, mas aun cuando veo como lo miran

- Y como se supone que lo miremos?

- Como si fueran sus fans!

- Inuyasha, sabes lo que es un fan?

- Etto… muy bien no… - el hanyou se sonrojó por la vergüenza de meter la pata.

- Pues no lo miramos como fans, sino como quien que le tiene respeto a alguien a quien no puede superar. Tenemos que olvidarnos de rencores y trabajar en equipo con quien haga falta.

- Con tal de acabar con Naraku estoy dispuesto a todo… pero y el? Lo estará?

- No tendrá más remedio que aceptar ya que el solo no puede con Naraku…

El dueño de mi corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora