Carta 2

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Dominique, yo, Jileff, mediante esta carta, te contare el día en que nos encontramos en el bosque

Era primavera, en Japón, en ese año se soltaban las flores de cerezo, era de día, lo cual se veía más hermoso.

"Ningún demonio se puede exponer al sol" eso es totalmente mentira! Bueno, no tanto un demonio con baja energía no puede, ni un vampiro que son los demonios más bajos, pero yo, siento el príncipe, podría exponerme a tal belleza de la caída de las flores de cerezo.

Pero precisamente ese día, en, Nagoya, ella, Dominique, fue a ver las flores de cerezo.

Nos chocamos por accidente

-Jileff!! -dijo con su típica sonrisa.¿Cómo es que un ángel no siente odió hacia un demonio?- ¿Qué no los demonios no pueden estar a la luz del día? -dijo.

-Pues los demonios bajos no -dije apenado, no quiero que sepa que soy el príncipe, me odiaría si lo supiera.

- y ¿Qué clase de demonio eres tu?- pregunto. Mierda mierda y más mierda.

-bueno, soy el príncipe -dije apenado.

-wow ese es un pueso... ¿Grande? -dijo y vio la hora- me tengo que ir, adiós Jileff

Y así, desde ese día, me di cuenta que no tengo que mentir frente a ella

Cartas de un demonio para un lindo ángelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora