Mi fiesta (Billdip)

Pity party

El amor es lindo.

El amor es asombroso.

Dar lo mejor de ti por esa persona.

Porque para ti es la única que existe.

O eso penso él.....

Después de la boda.

Después de la luna de miel.

Promesas rotas llegaron.

A su fría piel....

Peleas e insultos...

"Perdón amor" y flores...

Infidelidad y sexo...

Besos y el por mentiras preso...

Al principio se nego a creerlo pero esta vez miraba ante él la traición.

Su ex le mando una serie de fotos donde se veía a su rubio con diferentes mujeres.

Altas, bajitas, con maquillaje y buena figura.

Todas en la misma cama, en el mismo hotel, viviendo la pasión que creyó tener.

Decepcionado, dejo caer las invitaciones que con mucho amor había creado.

La tarde se acababa y de su pareja nunca recibió el "amor te amo y por eso te deseo un feliz cumpleaños"

Llamó a su amado con la esperanza de que fuera un error, pero cuando la voz de una desconocida le contesto supo que no había equivocación.

Recordo el esfuerzo que llevo crear su relación, primero sentimientos en el aire.

Segundo salidas y tardanza en los horarios.

Tercero, no regresa.

Cuarto, comparaciones, reproches e indirectas.

Quinto, no aguanta y comienza la discusion.

Sexto, más discusión.

Septimo, un golpe y color morado.

Octavo, despedida y se marcha de paso.

Noveno, lo alcanza y suplica perdón.

Décimo, aceptan su error y prometen ya no mas dolor.

Se cumple el ciclo...y se vuelve a colapsar.

Toma sus cosas y mira el pastel, sabe que nadie vendrá.

Es raro cuando nos acostumbramos a ciertas experiencias y que cuando las dejamos y reemplazamos con otras, sintamos horrible volver a revivirlas.

Un recuerdo se plasma y con enojo pero con una sonrisa en el rostro golpea el pastel y se mete en la boca todo lo que puede, espera morirse por tal cosa.

Atragantarse con el dulce pan y morir con un sabor delicioso en su boca.

El beso de amor que aquella persona que lo revivió de seguro amara su nuevo sabor y por lo tanto disfrutara tocar sus labios cuando sin vida se encuentre.

Lástima que lo azucarado llega a empalagar si se come demasiado.

Con el glaseado entre sus dedos deja unas marcas horizontales en sus mejillas, desde las ojeras hasta la barbilla.

Dulces lágrimas de diferentes colores.

Ve el cuchillo y la inestabilidad lo ataca.

Es momento de romper aquello que envuelve su cuerpo como un fino caramelo.