5: salidas

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Kate

-¿Te encuentras bien? -Me sonrió como si nada hubiera pasado, dejando a la vista un par de hermosos hoyuelos. Su mano se posó sobre mi hombro incomodándome, ya que no solía dejar que otra gente se me acercara mucho.

-Si, no te preocupes...

-Descansa un rato ¿ok? Se ve que lo necesitas. - Asentí con la cabeza, y él se giró.

Por fin pude respirar con calma. Sin embargo mi cuerpo aun no quería despegarse de la puerta. Ahí fue cuando noté la cantidad de gente que se encontraba en la sala. Habían alrededor de unas cincuenta personas como mínimo. Varios se abrazaban entre sí, unos se encontraban acurrucados en el piso, otros tratando de tener señal, y algunos se movían de manera compulsiva en círculos, a la vez que se mordían las uñas.

El piso estaba cubierto de sangre, se notaba que algo terrible había ocurrido antes de que llegáramos. Sin embargo me importó poco, todos llevábamos una carga relativamente parecida. Por ello, mi mirada solo se concentró en encontrar a la persona por la que había venido. No me demore mucho en encontrarlo, ya que el profesor era un hombre de unos sesenta años, tenía una mirada de nerviosismo en en su rostro, al igual que preocupación por todos los que se encontraban en el salón. Pasaba uno por uno ofreciéndoles caramelos de una lata pequeña, que probablemente se había comprado hace poco, para su uso propio.

Entonces mi mirada se fijó en algo que se robó toda mi atención. En la esquina cercana al pizarrón, un chico tenía los ojos cerrados. Se veía extremadamente pálido, gotas de sudor rodaban por su rostro, y sus venas tenían un color verdoso más oscuro al natural. Tenían que haberlo mordido, se veía enfermizo de una forma poco común. Y si se transformaba estábamos todos muertos, ya que la única salida estaba obstruida.

Mi mirada volvió a buscar al chico que me ayudó a entrar, ya que se veía como aquel que estaba a cargo, o al menos tenía las cosas un poco bajo control. Entonces fue cuando me sorprendí de verlo con un grupo que ya conocía, los amigos de Kian.

Me acerqué fingiendo que me interesaba hablar con ellos. No es que me cayeran mal, o algo por el estilo, ya que si pasábamos una buena cantidad de tiempo juntos. Es solo que nunca me sentí capaz de volverme cercana con ellos.

Cuando los veía, solo podía ver sus vidas felices, completamente sin preocupaciones, éramos muy diferentes. Y en cierta medida me hacían sentir mal conmigo misma. Me hacían desear haber tenido una vida más simple, o preocupaciones más básicas, como el vestido que me pondré, o si el chico gustaba de mi. Pero aquellas preguntas rara vez pasaban por mi cabeza.

-Kate ¡¿como estas?! - Ellie se acercó para abrazarme, ambos brazos colgaron al lado de mi cuerpo, mientras sonreía con incomodidad hacia el resto del grupo. Supongo que ella era la más cercana a mi. -¿acaso has llegado con Kian? No lo veo... dijo que iría a buscarte, y ahí fue cuando nos tuvimos que separar.

-Espera, ¿cual es el apellido de este Kian? - Interrumpió el chico de cabello color miel, y piel tostada.

-Lawrence. -Dije separándome de Ellie, y ahora mirando al resto del grupo. - A eso venía. Llegó conmigo al edificio y nos separamos. Quería saber si alguno me acompañaría a buscarlo.

La verdad es que si planeaba hacerlo, aun que sola, y después de resolver el problema con el chico de la esquina.

Todos los amigos de Kian dieron un paso hacia atrás, y no me sorprendía. Lo que si lo hizo fue que el chico de cabello color miel dijo un "yo voy contigo".

-Lo siento Kate, pero solo logramos llegar hasta acá por Nick. De lo contrario estaríamos muertos. Ninguno de nosotros se atrevería a salir de nuevo. -Dijo Ellie volviendo a dar un paso hacia adelante.

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⏰ Última actualización: Aug 05, 2020 ⏰

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