Lena Grey nunca olvidaría la primera vez que lo vio, en el sótano de su casa, jugando al ping-pong a una velocidad increíble para un ser humano. Porque Peter Maximoff era un mutante, y uno muy poderoso, además de divertido. Cuando Hank McCoy le preguntó si no le daba miedo mostrar sus poderes, Peter se hizo el tonto al respecto, y añadió que nadie le creería si lo contaba. A Lena se le escapó entonces una sonrisa que le fue devuelta por él fugazmente, justo antes de que volviera a desplazarse por la sala como una ráfaga de viento.
Sus poderes eran idóneos para sacar a Magneto de prisión. Lena se quedó muy sorprendida y admirada cuando Peter dejó fuera de combate a todos los guardias que los apuntaban con sus armas en la cocina, además de desviar las balas gracias a su capacidad para ralentizar el tiempo y así actuar más deprisa que nadie. Puede que fuese en ese momento cuando Lena se enamoró de él, y la mirada tímida pero insinuante que le lanzó al salir de la cocina lo dejó bastante claro.
Una vez en el aeropuerto, después de que Hank y el profesor Charles Xavier se despidieran de Peter, Lena se quedó un momento con él antes de subir al avión.
—Gracias... por lo de antes. Ha sido impresionante —lo elogió con una tímida sonrisa.
—No fue nada —respondió él—. Seguro que tú haces cosas más asombrosas.
—Qué va —se sonrojó ella bajando la mirada.
—Oye... —dudó Peter al cabo de un momento—. Sé que no puedes decirme qué vais a hacer pero... ¿volveremos a vernos?
Lena pareció pensárselo mientras miraba al avión.
—Tú eres un mutante con talento, y Charles dirige una escuela para jóvenes talentos, como viste en su tarjeta. O lo hacía. Yo espero que vuelva a hacerlo, así que... —dijo mientras sacaba una tarjeta del bolsillo y se la tendía—, aquí tienes la dirección. Nos veremos allí... cuando quieras.
—Por supuesto. Hasta entonces —se despidió él.
Lena entró en el avión con una sonrisa, pensando que volvería a ver a Peter después de su aventura, pero no fue así. Sin embargo, no lo culpó. Era un sueño poder estar con él o con cualquier otro chico, porque ella era una bomba a punto de estallar, una mutante que no controlaba sus poderes, y su único deseo era que su hermana pequeña, Jean, no fuese como ella.
Un día el mutante Apocalipsis, secundado por otros cuatro, entre ellos Magneto, entró en la escuela para llevarse al profesor Xavier, quien estaba inconsciente. Magneto, cuyos poderes habían sido aumentados por Apocalipsis, alzó un brazo e hizo que la silla de ruedas del profesor volase por el pasillo hasta donde estaban ellos. Pero Lena decidió intervenir. Se adelantó a sus amigos un par de pasos, estiró ambos brazos y detuvo la silla en el aire a medio camino. Apocalipsis la miró sorprendido e interesado. No obstante, aunque Lena luchaba con todas sus fuerzas gritando y apretando los dientes, no conseguía atraer la silla, y Magneto no tardó en ganarle moviendo al profesor hasta el portal por el que iban a desaparecer. Lena cayó al suelo sin conocimiento. Entonces uno de sus amigos se adelantó y trató de disparar su poder contra ellos, quienes ya casi se habían esfumado, por lo que dicho poder impactó contra el generador que alimentaba la máquina telepática del profesor, provocando una terrible explosión. El chico murió casi al instante, como habrían muerto todos los que se encontraban en la escuela si Peter no llega a aparecer. Con su increíble habilidad para ralentizar el tiempo pudo sacar a todo el mundo de allí, incluyendo a Lena, y por muy poco. La chica empezó a convulsionar cuando las cosas volvieron a la normalidad, pero Peter se agachó corriendo a su lado.
—Lena, Lena —la llamó mientras la sujetaba. Ella abrió los ojos despacio—. ¿Estás bien?
—¿Peter? —preguntó con voz débil, incorporándose un poco.
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Lena Grey
FanfictionFanfic de X-Men: días del futuro pasado y de X-Men: Apocalipsis, pues estos son mis superhéroes favoritos, concretamente, Jean Grey, del cual hago aquí una versión. También aparece Quicksilver, el personaje que más me gusta de las nuevas películas...