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Los Siete Pecados Capitales: Codicia (1/7)

Narrador

Para contar la historia de los Pecados Capitales hay que ir en orden, empezando por Roxanne, el Zorro de la Codicia.

Roxanne vivió toda su vida en el Bosque del Rey Hada, conocía el lugar de pies a cabeza, pero ella quería mas de lo que conocía, quería tener aventuras como su padre, o una misión tan noble como la de su madre, pero sobre todo quería un amor tan fuerte y maravilloso como el que sus dos padres tenían entre ellos.

Por supuesto que esto no era posible, ningún humano entraba al Clan de las Hadas bajo la supervisión de Ban, por lo que la probabilidad de que algo parecido sucediera era nula.

La albina estaba entrenando para volverse la nueva Santa del Bosque del Rey Hada, su magia sería muy útil en esa tarea.

Déjenme explicar, hace años, un par después de que el Rey Demonio fuera derrotado, Ban cayó terriblemente enfermo, Elaine y King llegaron a una decisión, le dejarian a Ban beber de la Fuente de la Juventud una segunda vez, Ban volvió a ser inmortal y sin embargo esa inmortalidad no pasó a su hija, Roxanne.

Ya lo sé, parece no tener sentido, pero en realidad, lo tiene. Con ayuda de King, Elaine uso su propia sangre para mantener vivo el bosque mientras Ban tomaba sólo lo necesario para evitar la muerte, que casualmente era lo justo para volverse inmortal nuevamente.

Un día, su padre estaba en Liones, mientras que su madre por otros asuntos había ido a Camelot a consultar algo con Merlín, Roxanne quedó a cargo de cuidar el Bosque del Rey Hada.

Fue entonces cuando lo conoció a él... A Daniel...

Fue entonces cuando el amor que ansiaba conocer llegó a ella misteriosamente...

En el momento en que Daniel y Roxanne se conocieron, por obvias razones no de llevaron bien, o al menos eso intentaban.
La razón por la que Daniel había terminado en ese sitio era muy simple, durante su entrenamiento había discutido con Meliodas y por el enojo decidió alejarse de Liones.

No fue perseguido por nadie, parecía que estaba destinado ese encuentro entre ambos.

Roxanne: ¡Hey! *Le gritó al pelinegro* ¿Qué haces aquí? ¡Los humanos tienen la entrada prohibida! ¡¡Lárgate!! *Le gritó la inmortal enfadada*

Daniel: oye pero yo no soy humano... *Dijo y se recostó en una rama del árbol* si te hace sentir tranquila sólo estaré unas horas, hasta que se me pasé el enojo *dijo calmado y observó a Roxanne* ¿Y qué hay de ti niña? ¿Qué te trajo al Bosque de las Hadas?

Roxanne: ¡Yo soy la guardia del Bosque!

Daniel: ¿Uhm? ¿Esa no era la hermana del Rey Hada?

Roxanne: *sólo lo miró mal y mando a volar a Daniel con un hechizo* Isi ni iri lo hirmini dil riy ¡Aish! ¿Y él qué sabe? *Dijo refunfuñando*

Daniel: pues... *Le dijo volviendo a subir al árbol* yo se lo que me dicen los demás

Días pasaron, casi dos meses exactamente, Roxanne y Daniel se habían hecho cercanos, el pelinegro varias veces había ido del Bosque a Liones y viceversa, pero siempre que iba al Bosque, Ban e Elaine no estaban, por lo que la respuesta de Roxanne al preguntarle si quería ir con él era un no rotundo.

Un día, la albina estaba esperando a Daniel mientras que leía un libro que el ojiverde le había traído de Liones.

Roxanne: sería muy lindo... *Empezó murmurando* que pudiera ir con Daniel a Liones... *Murmuró ante la atenta mirada de su madre*

Elaine sintió curiosidad, pero decidió respetar la privacidad de su hija y no preguntar.

Entonces, lo impensable sucedió, al otro lado del Bosque del Rey Hada, un caballero humano estaba atacando Hadas inocentes, matandolas, torturandolas, quitandoles sus alas.

Harlequinn y Ban no estaban en el bosque, por lo que era el deber de Elaine proteger el Bosque. La rubia se acercó a su hija y puso sus manos en los hombros de ella.

Elaine: escúchame bien Roxanne *empezó sería* este es un peligro real para el Bosque de las Hadas, no es como los entrenamientos, aquí te pueden matar *advirtió la rubia* sin Ban y Harlequinn aquí, yo debo proteger el bosque, por lo que tú vigilaras la fuente... *Dijo y la menor accedió* nadie debe acercarse este lugar, si alguien lo hace debes expulsarlo y si insisten, deberás pelear hasta que ya no lo hagan, ¿lo entiendes?

Roxanne: S-si... *Contestó impavida, jamás había visto a su madre tan seria* pero...

Elaine no le dió tiempo para quejas puesto que ya había ido en dirección a donde estaba el caballero que maltrataba a las pobres Hadas, pero de lo que Elaine no se dió cuenta fue del ejército que se dirigía hacia el Árbol Sagrado, Roxanne intentó alejarlos, pero ¿qué podía hacer ella? Era una preadolescente que aún estaba en entrenamiento sólo podía defender la copa.

Entonces los humanos empezaron a quemar el Bosque del Rey Hada y el fuego se propagó, hasta que finalmente llegó al Árbol Sagrado.

Desorientada por el humo, Roxanne fue atacada por el general de ese ejército, quien logró apuñalar a la chica en su costado, era una herida profunda y sangraba en grandes cantidades.

Le habían pedido defender el árbol, pero no pudo hacerlo, su poder no era suficiente... Arrastrándose, se acercó a la Fuente de la Juventud y tomó la copa entre sus manos.

El Bosque se secaría, si, pero la Codicia de esos humanos no sería saciada.

Roxanne bebió el contenido de la copa hasta que está estuvo vacía, la herida en su costado se regenero y usando su poder retuvo todo lo que pudo a los humanos, pero nuevamente, su fuerza no fue suficiente para pararlos...

Entonces oyó una voz no muy lejos, una voz que  pertenecía a quien venía a ayudarla.

- ¡Lanza Espiritual Chastifol: Modo Uno! ¡Chastifol! -

¡En lo profundo del Bosque del Rey Hada un aliado se presenta para ayudar a Roxanne! Mientras que Ban e Elaine no pueden defender el Bosque y King, el Rey Hada, se encuentra junto a Diane en Megadoza, Roxanne bebe de la Fuente de la Juventud volviéndose inmortal y recibe ayuda de un misterioso aliado contra los atacantes que atentan contra el Bosque del Rey Hada.
La combinación de esos dos poderes mostrará el verdadero potencial de los Siete Pecados Capitales.