Fragmento 2;

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¡Maldición!, otro sacrificio en vano... conseguir esclavos para esto ya no es rentable; cómo se supone que invoque algo de un libro el cual no tiene ni siquiera instrucciones.

...Todas sus malditas hojas en blanco y lo unico que me dijo ese vendedor de mierda es que era un moustro con el poder de destruir paises...

¡AHHH!, cuado lo encuentre lo voy a matar... no debió haberme visto la cara...

-Tomó otro trago de alcohol y siguió maldiciendo al vendedor.

Lo botaré en este basurero... cuando me pueda levantar... !JA JA JA!, fue una total pérdida de dinero...

¡Hip!, de todas maneras... lo compre con dinero robado... !Hip!, Dijo susurrando mientras caía dormido al lado del contenedor de basura.

Un hombre pasaba viendo el momento del desplome de aquel ebrio, se acercó algo preocupado pero con la inseguridad de que pudiese ser una trampa.

Llamó al hombre en el suelo preguntandole si se encontraba bien; al no recibir respuesta lo tomó del hombro para sentarlo.

Aquel hombre en ebriedad le dijo:

¿Sabe qué?, Usted me cae -!hip!- ...bien... por eso... le daré... éste -¡hip!-... regalo...

Espero se divierta... jaja -¡hip!-

Tomó el libro y se lo dió, el hombre estaba un poco sorpendido por los hechos, pero sin negarse o decir alguna palabra tomó el libro, y le dijo gracias.

No hay problema, contesto el ebrio... de todas formas, me salió casi que gratis... !JA JA JA!, ¡Maldito te mataré!... grito mientras, agitaba su mano hacia arriba y  perdia la consiencia...

Bueno... supongo que lo mejor será llamar a algún medico, no quisiera que se muriera acá y me culparan.

Se levantó, y saliendo del callejón donde estaba el contenedor y el ebrio preguntó a los vendedores de la calle si había algún medico cerca porque había un hombre inconsiente en el callejón.

Todos se miraban, pero ninguno contestó, así que alzó la voz y dijo:

Alguien por favor trate de despertarlo mientras voy al centro médico por ayuda.

Una dama de unos de los puestos de venta, tomo algo de agua y unos trapos y se dirigió al callejon.

Las personas allí presentes vieron como volteaba aquel hombre en la esquina y se apresuraron al callejón a atender al hombre.

Durante los intentos de despertarlo, notaron algo extraño; su pierna izquierda estaba desapareciendo, pero más que eso se veía como si algo se la estubiese comiendo a mordiscos...

Todos los presentes estaban atónitos por tal situación; el hombre por fin se despertó, e inmediatamente sintió el terrible dolor en la pierna, se notaba en su cara lo terrible que era.

Ya... veo... gimió el hombre al cual al parecer el dolor ya le había quitado lo ebrio.

No se a cuantos más se va a comer ésta cosa pero lo mejor será... se alejen de mi... dijo agitado el hombre a la multitud que lo rodeaba.

De que habla señor... le preguntó con una señora en la multitud.

El sueño... esa cosa... es... enor- me... !AHHHH! Gritó desesperadamente, mientras la multitud veía aterrada cómo desaparecía su otra pierna.

Se acabó, comeme ya, pero a esta gente no... maldito... - Susurraba el hombre en su agonia-

Miró a la multitud y les dijo, haganme un favor... ¡GAHHH!... denle al hombre que fue al hospital... éste libro, es un regalo de mi parte....

¡GAHHHHH! Gritó nuevamente, ésta vez desapareciendo su cadera y parte del estómago.

Diganle que jamás... en la vida lo tire a la basura o le... !GAHH! ... arranque las hojas... o morira...

Al terminar de hablar, comenzaron a desaparecer sus brazos, hasta que no quedó nada del hombre, ni siquiera una mancha de sangre.

Minutos después, llegó aquel hombre con el personal médico, pero para su sorpesa la multitud estaba en medio de la calle.

Se acercó y preguntó que qué había pasado con el hombre, a lo que le respondieron:

Fu-fue horrible, algo se lo estaba comiendo  a mordiscos, pero... no sabiamos que era...

Lo unico que nos dijo fue que le entregaramos este libro... y que... por  nada en el mundo... lo tire a la basura o le arranque las hojas...

¡qué!, dijo sorprendido.

Si, lamentablemente quizás cuando hablaron por primera vez él lo maldijo... y esa maldicion puede algo relacionado con morir si llega a tirar o a dañar ese libro, así como murió él.

Tomó un respiro y les dijo, bueno... soy un investigador... así que esto solo hace parte del trabajo... y he tenido más maldiciones de muerte de las que puedo recordar, así que simplemente llevaré estó para investigar.

Así aquel hombre tomó el libro, miró al callejón y se marcho del pueblo.

Al llegar a casa, saludó a su esposa y a sus hijos, y les dijo:

¡Por nada en el mundo pueden tocar este libro! ¡¿Entendieron!?

¿Podemos saber al menos por qué?

Es una maldición de muerte...

¡¿QUÉ?!, gritaron todos con miedo en sus caras.

P-pero como...

No entraré en detalles -que aún no los conozco-, lo unico que deben saber es que este libro no se debe de tirar, es como si me ligara a el y si me alejo, me matará. y lo otro es que tampoco puede perder sus hojas. así que lo meteré en una urna de cristal para conservarlo, mientras descubro como quitar la maldición.

Por lo demás no hay estados que perjudiquen mi salud.

N-no puede ser... dijo la mujer...

Tranquila, todo estará bien, daré todo de mi para que ésto no acabe conmigo, así que solo les pido eso... no toquen ese libro por su seguridad.

Está bien... le contestó ella.

Viendo a sus hijos ellos asintieron.

Bueno, iré al zótano a ver que mas puedo averiguar.

Vale, le dijo la esposa... solo ten cuidado...

No te preocupes, no voy a recitar nada... el libro está en blanco, así que por ahora debo de descubrir cómo leerlo.

bueno, le dijo con cara de preocupación.

Tomó e libro y bajo al zótano, colocando llave a la puerta se sentó en la mesa, quitó unos cuantos papeles, colocó el libro y dijo:

Vamos a ver... que pasará...




Na'hde: Fragmentos;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora