Cuando Izuku termino de guardar sus cosas Bakugo entró a la oficina.
—¿Y la cara redonda? —Preguntó el rubio causalmente.
—Se- se fue hace varios minutos.
Bakugo respondió con un sonido y disimuladamente empezó a buscar el formato que había perdido.
—¿Puedo hablar un momento contigo, Kacchan? —Le preguntó tímidamente.
—Pero que sea rápido, espero que me digas tus verdaderos motivos para dejar Japón.
—Mis motivos ya se los dije a ti y a Uraraka-san... También me voy de Japón porque me siento un inútil, pero no quiero hablar de eso.
—¿Ah? —Soltó Bakugo, cayendo en cuenta de que quería hablar del "otro asunto".
—Suéltalo de una buena vez, estoy muy ocupado.
—Uraraka me dijo que le gusto... —Dijo desviando la mirada.
—¿Y? Qué le contestaste. En mi opinión se tardó mucho en decírtelo.
—¿¡Qué!? ¡¿T-tú lo sabías, Kacchan?!
—¡Ja! Sí era más que obvio. Todos en la academia lo sabían menos tú, cabeza de chorlito. A veces era demasiado obvia, tanto que daba asco. —Se ufanó victorioso Bakugo.
—¡¿Eeeeh???!!! En verdad soy un tonto...
—¡Sí que lo eres! Algunos aquí en la oficina también se han dado cuenta, pero la Cara Redonda aprendió a disimularlo con esa personalidad de "carita feliz".
—En verdad he sido un insensible con Uraraka...
—Y luego el que no tiene tacto soy yo. —Bakugo rodó los ojos.
—Gracias Kacchan. He sido un completo despistado con Uraraka, di por sentado su amistad...
—Sí, como sea, déjame trabajar.
—Ah, se me olvidaba. Me encontré esto entre los documentos de la nómina. Izuku de su caja sacó un folder y se lo extendió a Bakugo.
—¿Ah? —Lo tomó y abrió la carpeta, viendo que contenía el "bendito" formato.
—Adiós, Kacchan. Espero que te vaya bien.
—Adiós Izuku, lo mismo para ti. —Le dio una rápida mirada al peliverde y luego bajó la vista al papel que sostenía en sus manos, intentando restarle importancia a la despedida.
Midoriya se sorprendió por escucharle decir su nombre, no era común que lo dijera, pero eso lo hizo inmensamente feliz. Dio una pequeña reverencia antes de salir del que había sido su lugar de trabajo durante cuatro años.
—Estúpido Deku, te vas y me dejas aquí... —Dijo entre dientes y con rabia.
Le dolía que Izuku se fuera, estaba tan acostumbrado a tenerlo a su alrededor que no sabía que haría de ahora en adelante pues, aunque hiriera su orgullo, lo extrañaría. No por nada le gustaba desde el tercer año de secundaria.
No supo cuando ni como pero poco a poco le fue interesando Midoriya. Él estaba convencido de que lo odiaba, verlo le provocaba mal humor y no sabía por qué pero cuando entraron a Yuuei e Izuku se empezó a rodear de gente que le hablaba amigablemente, además de enojo, le producía desesperación.
—¡Es imposible que sea gay! —Se reprochaba con coraje cuando a sus 16 años pudo comprender que le gustaba Midoriya y que lo que sentía no eran más que celos.
—Sí, ¡me gusta el inútil de Deku, maldita sea! —Se revolvía los cabellos con desesperación.
Un día Kaminari mezcló entre sus cosas una revistas porno (propiedad de Mineta). Estaba enojado y sabía muy bien quién había sido el estúpido que había metido eso junto a sus cosas, pero con curiosidad hojeó la revista, empezándose a excitar.
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La sombra del héroe
FanfictionUraraka se confesó a Midoriya antes de que él abandonara Japón. Bakugo ha empezado a sentir algo por la chica, pero cree que no tiene derecho a sentir eso después de todo el daño que le hizo a Midoriya en el pasado durante tantos años. ¿Vale más la...