-¡No vamos a permitir que esa mujer loca se salga con la suya! -
-¡No es un ángel, es un demonio sediento de sangre!-
- ¡Ella es el próximo anticristo, debemos acabar con ella antes de que lleve el mundo a su destrucción! -
Dream ya no era un culto, ahora es y será otro mundo dentro del mismo espacio, una ciudadela y un estilo de vida, dentro de las puestas del nuevo imperio existía una sociedad apartada del mundo, ya no eran solo corderos que seguían a un profeta y la vida dentro prosperaba a pasos agigantados.
Sin embargo, pocos vieron a Dream como como un rayo de esperanza, no era un secreto que el imperio experimentaba y usaba a sus habitantes como juguetes, no existía contemplación por la vida humana, esto llevo a guerras incesantes, los alrededores del imperio ahora eran trincheras cubiertas de ceniza y por la sangre combinada con pólvora y tierra sangre de personas de todos lados del mundo, si eras un ente racional solo podías amar la ciudad u odiarla. Todo el mundo buscaba derrocar al imperio ¿Pero como imperio que se formo tan solo apenas 5 años pudo soportar los incesantes golpes que el resto del mundo? ¿Quizás si estaba bendecida? ¿Quizás tenían razón y era la tierra prometida y solo tenían que bajar la cabeza? El mundo no lo aceptaría así, esto era más atribuido a la mujer loca que reinaba sobre aquella tierra.
Justo en ese momento, las espadas, el sonido de los tambores, grandes arpones de vallistas y la voz agotada de cientos de hombres golpeaban los muros que rodeaban al imperio
-Ahora...Todos... expulsemos al infierno a los falsos profetas y traigamos paz al mundo de nuevo-
Pero lo impensable sucedió, las puertas se abren, una figura resalta de entre las cenizas, ¿Un soldado? no... Es una mujer portando una armadura sin casco.
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-Permítanme presentarme- Hablo la misteriosa mujer, los soldados no podían creer que en medio de la batalla enviaron a un mensajero, peor aun abrieron sus puetas justo frente al ejercido del mundo- soy la actual líder de Dream, le pido a todos que bajen la cabeza y, si no desean que dios los perdone, den media vuelta y se marchen-
Los soldados que la escucharon estaban atonitos, las palabras de la mujer misteriosa era pasada de voz en voz por los soldados hasta el comandante principal de la armada, quien al igual que sus soldados quedo confundido por un par de segundos, pero no podía desperdisiar esta oportunidad ahora que la puerta estaba abierta.
-AVANCEN AHORA, ES NUESTRA OPORTUNIDAD- grito el comandante.
Pero antes de que los soldados pudieran dar una sola pisada las puertas volvieron a cerrarse, dejando a la mujer fuera de los muros.
-No volvere a repetirlo- comento la misteriosa mujer.
Los soldados ya deducían que se trataba de la loca del pueblo, abria que terminan rápido con su sufrimiento, un arquero disparo una flecha apuntada justo entre los ojos, pero el asombro no se izo esperar cuando la mujer detuvo la flecha con una mano a menos de 1 cm de su rostro, ni siquiera parecía conmovida.
-¿¡I-Imposible...QUIEN ERES TU!? – Pregunta el comandante.
-Yo soy quien ama a dios sobre todas las cosas y quien los llevara con el-
-QUE ESTUPIDES, ABRAN FUEGO Y CONTINUEN CON EL ASEDIO-
Una lluvia de flechas es disparada hacia la mujer, esta respondio partiendo el suelo de un golpe limpio y levantando una inmensa placa de concreto, usandolo para cubrirse de las flechas. Los soldados del mundo quedaron atonitos ante la inmensa fuerza de aquel montruo disfrazado de mujer
-AHORA- grito la mujer misteriosa
Las puetas se vuelven a abrir para revelar a un inmenso ejercito, mientras que por arriba de los mros se asomaron gigantescas balliscas, en cuertion de segundos grandes flechas proyectiles despedazaban a los incautos soldados del mundo
-Desgraciada- grito uno de los soldados del mundo mientras se abalanzaba contra la monarca, quien, su espada impacto en su abdomen, pero apenas logro rasguñar la pesada maya de la armadura, la mujer tomo al soldado de la cabeza y lo azoto brutalmente contra piso, para segundos después dejar caer sobre el soldado la inmensa placa de concreto. Pala luego proceder con la masacre.
De entre toda la carniseria la mujer resaltaba, todos sus movimientos eran un perfecto baile, la lanza que portaba atravesaba con una fasiidad aterradora el metal y la carne, ni siquiera miraba la lluvia de metal creada por las ballistas ni las inmensas piedras arrojadas por catapultas, al menos por unos minutos paresia que se enfrentaban a la muerte misma.
El comendate miro con terror las mostruo que tenia enfrente, se aproximaba rápidamente hacia el, en su mirada no exitia odio, enojo o tristesa, era una expresión basia que vio muchas veces antes, era la mirada de un depredador asechando a su presa, es pánico que sintió no fue lo suficiente para paralisarlo, se dirijio a gran velocidad Asia ella sobre su corsel y aun que su espada apuntaba a su cuello tomo la fuerza y el valor que le quedaba para volcar todo su ser hacia ella, uno supondría que se quitaría del camino y qedaria vulnerable, pero no fue asi, la mujer solto su lanza y planto los pies sobre la tierra.
-¡¿?!- el comandante se sorprendio al ver esto – MALDITA MUJER ESTUPIDA, SI REALEMTNE ERES QUIEN DICES SER, TU MUERTE ALEGRARA A QUIEN DEDICAS TUS REZOS!-
El caballo impacta de frente a la mujer, pero lo impensable sucede, la mujer detuvo con sus propias manos a la imponente bestia, clavando sus dedos en la piel del mismo, la bestia intentaba desesperadamente librarse de las garras de la mujer mientras quien lo montaba no lograba comprender en su totalidad lo que estaba pasando, hasta que de pronto la mujer arroja a un cortado a la imponete bestia, en su caída aplasto la pierna izquierda del comandante.
-MALDITO MONTRUO- El comandante dejaba escapar gritos y maldiciones, en su voz se notaba el agonuizante dolor que le producia su pierna aplatada por la bestia- ERES UN MALDITO MONTRUO, UN DEMONIO-
La mujer misteriosa detroso la cabeza de la bestia de un pisotón sin remordimiento alguno.
.MALDITO DEMONIO, ARDERAS EN LAS LLAAMS DEL INFIERNO JUNTO CON TODOS LOS BLASFEMOS QUE RESGUARDAS-
-Es lo mas seguro, soy consiente de las desgrasias que cause, la idea de que el creador aprube mis acciones es inconsedible- la mujer intierra la lanza en el hombro del comandante
-Entonces... por que...-
-Por que es necesario- sus palabras se vuelven calmadas a pesar de estar retorciendo el hombro de un apersona con una lanza-
-Tu...tu...maldito demonio-
-Ya es suficiente, ahora puedes descansar- la mujer alzo su puño, dispuesta a dar un golpe desicivo en la cabeza del comandante-
-Te lo suplico, ten piedad-
-Ya había escuchado esas palabras antes...-
Así, lanza en mano, cubierta de sangre y con sus fieles seguidores a su lado, se dispuso a masacrar no solo a los guerreros del mundo, si no a todo hombre y mujer que tuvo la desdicha de compartir su realidad con ella, con Kaara.
