CANCELADA- Me mintieron, me utilizaron... me engañaron, borraron mis recuerdos. Algo cruel y malvado... pero la verdad, no quier enojarme y cambiar mi vida por eso... no quiero venganza, solo quiero vivir en paz. Después de que su dulce y cálida luz...
Nos encontramos a las afueras de la ciudad de Kuoh, en el bosque donde Issei sepultó a Asia. El castaño se encontraba frente a 4 personas, pero miraba a una en especial, Reynare, una Ángel caída que fue enviada a matarlo y la que fue la causante de la muerte de Asia. Desde el inframundo los demonios de clase alta y algunos de sus siervos que estaban en la fiesta de celebración del compromiso de Raizer y Rias, estaban a punto de ver la batalla del Sekiryuuteii y los 4 Ángeles caídos.
-Ese mocoso no tiene oportunidad-
-Se rendirá como lo hizo aquí antes-
-Va a perder-
-Solo servirá para denigrar más a nuestra facción-
-SILENCIO!- el que dijo eso fue Raizer, harto de escuchar esos rumores -Déjenme decirles algo... si mi batalla contra el Sekiryuuteii se hubiera alargado más estoy casi seguro, no... estoy completamente seguro de que hubiera perdido y con creces, así que guarden silencio y vean la batalla o sino lárguense- dijo volviendo su vista a la batalla.
En otra parte del bosque, cerca de donde estaba Issei, se encontraban sus padres que lo habían seguido hasta ese lugar.
Habian escuchado toda la conversación que Issei entabló con una de las mujeres que aparecieron. Se habían enterado de que su hijo era un ser de otro plano, sabian que no podian ayudarlo y lo único que podían hacer era quedarse al margen y confiar plenamente en él, ya que no poseían poderes ni habilidades especiales, como ahora tal vez Issei si tenía.
Yo Hyoudou Issei, estoy apunto de enfrentarme a la maldita que mató a Asia y a sus secuaces... yo tenía la tumba de mi mejor amiga a mis espaldas... y quería que su descanso no sea interrumpido. Los veía confiados y aproveche eso. Dirigí mucha energía hacia mis piernas y de un movimiento rápido ya estaba a espaldas de ellos... al pasar por su costado, puede ver a cámara lenta como el rostro de Reynare pasaba de estar feliz y tener una sonrisa sádica, a tener una expresión de terror y confusión... deje de lado esos pensamientos y seguí corriendo hasta llegar a un claro en el bosque... corrí durante unos segundos pero estoy seguro que en esos segundos recorrí más de 200 metros.
Cuando llegue al claro, me puse en guardia y esperaba a mis enemigos. A lo lejos pude ver un montón de luces, creí que eran luciérnagas, pero al ver que las luces se intensificaron en sólo unos segundo me di cuenta de que no lo eran... lo que se aproximaba hacia mi, era una lluvia de lanzas y flechas de luz.
Al tomarme por sorpresa decidí sacar mi espada y empezar a romper cada una de las armas que amenazaba con lastimar mi cuerpo y esquivar las que no alcanzaba a romper. Al cabo de unos segundos la lluvia paro y vi como los Ángeles caídos salían de entre los arboles a la vez que volvia a guardar mi espada. Justo en ese momento alguien me hablo.
[Por que no lo usas?... porque no usas mi poder? Para que sacrificaste tu brazo y tu ojo si no lo vas a usar?]
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