Cap 10

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Capítulo Diez

- Bueno, bueno, el heroína por un día -  dijo Alborán acercándose a Malú y palmeandole el hombro.

- Buen trabajo, Sánchez. -

- Gracias, Alborán. Todo en un día de trabajo. - dijo a la ligera.

- Te veías muy bien en las noticias, toda mojada con tu cabello peinado hacia atrás - continuó, sentándose en la habitual esquina de su escritorio.

- No pensé que te darías cuenta ese tipo de cosas, Alborán. - Se puso de pie rápidamente.

- Te lo dije, yo no soy gay! No sé de dónde sacas eso, pero es mejor parar aquí. -

Ella sólo le sonrió y asintió con la cabeza.
Manuel Carrasco se acercó entonces, sacando la mano y saludando a Malú.

- Ustedes lo hicieron muy bien - dijo - Buen enganche en Homicidios. No puedo creer lo que hizo Martín. -

- Bueno, estaba actuando como CIU, resolvió todo el asunto por su cuenta - dijo. Ella en realidad no lo podía creer tampoco. Cuando el equipo de televisión había preguntado cuánto tiempo había estado con CIU, Vanesa se había reído. - Estamos con homicidios, no CIU. Estaban demasiados ocupados para ver este callejón sin salida, por eso nos hicieron correr hasta aquí. Claro, un callejón sin salida, ¿eh? -

- Tu debiste haber oído a Orozco cuando estaba contando la historia. - Oh, mierda! dile a Soler que envié a las tropas - Dijo Carrazco, imitando a Vanesa. Malú se echó a reír. Esa frase fue sólo el comienzo de su calvario.

- Por cierto. ¿Dónde está Martín? - preguntó ella.

- No la he visto. -

- Son las ocho y media - dijo Malú - ella está siempre aquí antes que yo. - Se encogió de hombros.

- Probablemente este afuera trabajando ya. - Luego le entregó algo caliente envuelto en un papel de aluminio. Puso uno idéntico en el escritorio de Vanesa.

- Mi madre hizo esto. Martín los ama. Chorizo y huevos. -

- Gracias, Manuel. Es muy dulce de tu parte. - Desenvolvió el suyo, y había una tortilla caliente que rodó en el interior, repleto de huevos y chorizo. Le dio un mordisco y se quejó. Maravilloso.

Pero fue otra media hora antes de que Vanesa entrara, con el aspecto de apenas haber dormido algo. Pasó por la mesa de Malú y fue directo al café.

- ¿Estás bien? - Malú le preguntó cuándo Vanesa volvió.

- Ajá - dijo, bebiendo el líquido caliente. Miró el papel sobre la mesa y sonrió. No tenía ninguna duda que la madre de Manuel había cocinado para ella.

- ¿Dónde has estado? - Vanesa levantó las cejas.

- ¿Qué? ¿No puedo saberlo? Yo creo que después de ayer, te podría pedir cualquier cosa que me diera la real gana. - Vanesa sonrió.

- Eso es lo que te parece, ¿eh? -

- Pues sí -

- Muy bien, es justo. Estaba en mi barco. Me quedé dormida - dijo.

- ¿Por qué no te creo? - bajó la voz. - Parece que casi no dormiste, Vanesa. -

- Pero lo hice. Me fui primero al apartamento. No había nada allí, excepto una botella de whisky. Cerca de la medianoche, salí y conseguí algo de comer, luego me dirigí a mi barco. Y de regreso, bueno, me quede atrapada en el tráfico.- Malú se le quedó mirando. Ella se había  dormido cerca de las diez. Estaba a punto de hacer comentarios cuando la teniente las llamo.

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