Capítulo 6

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Era una noche llena de desesperanza, las nubes de tormentas se hacían presente, los truenos retumbaban como explosiones melancólicas a lo lejos. Los gritos y lamentos ensordecedores de Joaquín se hacían partes del ambiente, mientras que Emilio trataba de estabilizarlo abrazándolo por la espalda. Joaquín mientras anhelaba ir con su madre, a lo que ambos colapsaron aún abrazados.

Emilio estando en el suelo, se desprende de Joaco y rápidamente se hace a un lado de él y le toma la mano, ahora mirándolo fijamente, Joaco se encontraba devastado, con los ojos hinchados de tanto llorar, una mirada inexpresiva que se transformó en violentos llantos en el frío suelo. Desconsoladamente y estando agitado, Joaquín corrió hacia la puerta zafándose de la mano de Emilio preocupado va tras Joaco.

- ¡Espera! - grita Emilio saliendo por la puerta del departamento.

Luego pierde de vista a Joaco en las escaleras de bajada a la recepción. Desesperado, busca a Joaquín con la mirada por toda la recepción, a lo que la recepcionista le señala con el dedo hacia fuera de la puerta indicando que Joaquín había salido del edificio, Emilio hace una seña de agradecimiento y corre aceleradamente fuera del edificio. Este se encuentra con una calmada pero precipitada llovizna, sin darle la más mínima importancia busca inquietamente a Joaco mirando de lado a lado. Emilio finalmente lo haya, Joaquín se encontraba de rodillas en medio de la calle. afortunadamente, eran altas horas de la noche y los autos casi no transitaban por esta; Sin embargo, una luz se divisó metros de la ubicación de Joaquín, él aun arrodillado en medio del camino, no se percata de la peligrosa situación en la que se encontraba. Emilio, imperceptiblemente, hala por un brazo a Joaquín y lo arrastra hasta la acera.

- ¡Joaco!, ¡¿En qué diablos estabas pensando?! - grita Emilio con los ojos humedecidos.

Joaquín no dio respuesta y solo se mantenía inexpresivo.

- ¡Te estoy hablando! - Emilio sacudió a Joaquín para obtener una respuesta.

Una sola y espesa lágrima, la lágrima más sincera y pesada cayó del ojo derecho de Joaquín mientras miraba al suelo.

- Emilio... - dijo finalmente Joaquín con una voz débil.

- ¿Sí? -

- Quédate a mi lado, por favor. -

Joaquín volteó la cabeza lentamente y se conectaron sus miradas.

- Por siempre. -

Emilio tomo de las rodillas y levantó a Joaco cargándolo entre sus brazos, a lo que Joaco le rodea el cuello con sus manos. Emilio aun sosteniéndolo entre sus brazos, llega a la entrada del edificio donde vive Joaco y lo observa detenidamente. Joaco mantenía su mirada entristecedora.

- ¿Quieres ir a otra parte? - pregunta Emilio mirando a la ventana del departamento de Joaco.

- Si, por favor - responde bajando la mirada.

Emilio camino solo unos pocos metros antes de que Joaquín le ordenara que lo bajara.

- ¿Hice algo mal? - preguntó Emilio preocupado.

- No lo hiciste, pero pretendías. - Joaco le da la espalda.

- No lo entiendo, ¿Qué hice? -

- Pretendías distraerme llevándome a otro lugar cuando mi madre se encuentra en un grave estado. -

Joaquín volteó y no pudo evitar soltar un sollozo. Emilio arrepentido le pide disculpas a Joaco y ambos se dirigen a la ubicación de Eli.

1 hora después...

Ambos llegan al hospital e inmediatamente van en busca de repuestas. Estos encuentran a Renata en los pasillos del hospital, ella apenas vio sus figuras corre estrepitosamente hacia ambos y los abraza acompañada de un desenfrenado llanto.

¿Es real?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora