Octava Carta

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Carta sin destinatario (OCHO)

Mis días han ido de mal en peor. Hoy me enteré que volviste con el amor de tu vida, ese del que tengo envidia. Te juro que en ese momento quise retroceder el tiempo para no tener que escuchar eso que tanto me daña. Sin embargo, lo único que hice fue sonreír, como siempre lo hice.

Siempre que me decías algo que me dañe sonreía, claramente no te diste cuenta de por qué lo hacía.
Bien, sonreía porque no quería que me veas llorar, no por ti, me lo prometí, aunque si lloro cuando estoy sola y pienso en ti o leo los mensajes que nos escribíamos. Claramente hay más "¿cómo estás?" de mi parte que de la tuya. El día que se me borren esos chats será el día en que por fin dejaré de pensarte.

Recuerdo nuestras conversaciones...

Tu: (Audio) Lilian me terminó, me dijo que me traería problemas, pero creo que el único problema aquí soy yo ¡Maldita sea, Lara! Me robó el corazón y para no romperlo prefirió decir que es por ella — se escucha un golpe, tal vez en la pared —. Tu siempre me dijiste que no confiara mucho en ella, en cambio, me enamoré ¡La amo!

Creo que con lo último escuché mi corazón partirse.

Yo: Tobías, cálmate ¿sí? o tus nudillos se destrozaran, no pienses cosas malas sobre ti. Si quieres amarla ámate a ti primero.

Tu escuchabas mis consejos mientras yo me rompía en silencio.

Te amo y nunca lo sabrás.

Cartas sin destinatario | #Wattys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora