54

35.2K 1.5K 89
                                    

Emma.

—No sabes cuanto había deseado este momento muñeca...— susurró Justin en mi oído mientras acariciaba suavemente una de mis mejillas. Podía sentir corrientes eléctricas por todo mi cuerpo.

Y después de tanto aquí estábamos nosotros, en su habitación, totalmente desnudos. Él me tenía tomada de la cintura, mientras que yo acariciaba su pecho. Tenía bastante que procesar todavía, habíamos pasado de una cena a estar aquí, pero bueno, tenía que admitir que esto estaba comenzando a gustarme, la sensación de nuestros cuerpos sintiendo calor. Justin había llegado para revolucionar todo en mí, me estaba dando cuenta de ello.

—Te quiero demasiado, Emma...— volvió a susurrar y yo solté un pequeño suspiro. Esto era real. Se sentía mejor escucharlo de sus labios que leer, maldición.— Tampoco sé como las cosas se amarraron tan en serio...— dijo mientras me miraba fijamente a los ojos, como si leyera mis pensamientos.— Pero ya no soy capaz de verme sin ti por un segundo. Tú eres mi pequeña.

Me limité a escuchar atenta cada una de sus palabras y procesarlas. En sus ojos se veía la sinceridad, también podía sentirla en sus palabras. Justin quería abrirse a mí, tal vez esperando que yo haga lo mismo, él estaba dando el primer paso a todo esto, sabía que venia un antes y después.

—Solo dime que tú lo quieres tanto como yo Emma...— susurró y se incorporo para quedar encima de mí, entre mis piernas. Quería decirlo, pero las palabras no salían. Esto era real. Estábamos juntos.

—Yo...— fue lo único que salió de mis labios. Sentí como mis mejillas comenzaron a mojarse poco a poco. Tenía los nervios a punta.

—No, no, no...— comenzó a decir Justin rápidamente, mientras quitaba las pequeñas lagrimas que salían de mis ojos con su pulgar.— ¿Hice algo mal? Lo lamento...— trato de moverse, pero yo lo detuve y negué levemente.

—No hiciste nada mal, lagrimas con sentimiento, soy yo. Todavía no termino de asimilar que aquí estamos... tú y yo...— acaricié su brazo y le regale una media sonrisa.— Tú eres mejor de lo que había imaginado...

—Tú me haces mejor, Emma Castillo.

Y por primera vez en casi un año, no lo dude, no viéndole a los ojos. Lo sentía, lo hacía, yo quería a este hombre.

—Te quiero Justin.— solté sin más. Él se me quedo mirando fijamente por unos segundos, una sonrisa salió de sus labios.

—Es la primera vez que me lo dices cara a cara...— susurró, claramente, feliz.— Yo te quiero más. Y espero que sea algo que no olvides tan fácilmente.— no me lo pensé más y tome sus mejillas entre mis manos, para fundirnos en un hermoso beso que llevaría por siempre en mi memoria. Todos nuestros sentimientos estaban allí.

—¿Puedo?— preguntó una vez que nos separamos. Lo miré por unos segundos y asentí, segura de esto. Lo quería, lo quería a él. Y así pasó, esa noche nos entregamos todo, siendo uno, en cuerpo y en alma. Una noche que nunca olvidare. Una noche que llevaría en mi memoria. 

WhatsApp ➳ j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora