Era duro ver sus cicatrices en sus muñecas, saber por quien se había echo eso, saber que no había merecido la pena. Pero le quería. No podía negarlo, ni ocultarlo, se le notaba. Estaba loca por él.
Cap. 3
Era duro ver sus cicatrices en sus muñecas, saber por quien se había echo eso, saber que no había merecido la pena. Pero le quería. No podía negarlo, ni ocultarlo, se le notaba. Estaba loca por él.