Era duro saber que en menos de un año le había perdido para siempre, incluso como amigo.
Pero mas duro era saber que su abuela se había ido, también su amigo de trece años, la vida no era justa. También había perdido a su perro, todos se habían ido, para no volver. Todo esto en menos de un año. Se había quedado sola.
No se sentía con fuerzas para seguir.