ᴄᴏʟᴏʀs 『jjĸ』

XXII

—Adivina quien tendrá una cita hoy.— dice Jungkookie sonriendo.

—¿Bombón y mi vecinito el señor Anderson?— pregunte.

—¿Eh?

—No importa.— ignoro lo que había dicho antes.— ¿Quién?

—Tu y yo.

—¡Genial!— exclamó emocionada.

—Sígueme.

Lo seguí. Por un camino lleno de arbolitos y cuando llegamos había una manta con una cesta de picnic y lucesitas adornaban el lugarcito.

—No entiendo... ¿Cómo haces cositas tan bonitas?— digo admirando el lugar.

—Solo lo hago para ti.— me guiño el ojo.

No puedo evitar sonreír dulcemente al ver brillo en sus ojos.

—Gracias.— lo beso en los labios y me separó para preguntarle algo.— Oye, ¿Tú estás en alguna escuela o algo así? Nunca me has hablado de eso.— digo.

—Si, y no trabajo en nada, porque consigo dinero en las carreras.— dijo.

—Yo trabajo en Candy Land.— le sonrió.

—Me lo imaginé.— ríe.

—Oye Jungkookie.— lo miró.— Deberías dejar esas carreras.

—Es lo que me entretiene.

—Pero te hace mal.— digo.

—Vamos a bañarnos al lago.— cambia de tema y yo decido no hablar más sobre este.

Y así pasamos la tarde, jugando, riendo, tirandonos al lago y casi ahogándonos, el pensamiento de las carreras se había esfumado, estaba con la persona de la cual me había enamorado y con eso todo se me olvida.

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AylinLaNube