Pensamientos de una chica enamorada de su mejor amigo

capítulo 25

Cada día que ocultaba lo que sentía era una tortura si no te lo decía iba a enloquecer. Por lo cual te envié un mensaje donde te pedía que nos encontráramos, tu me contestaste al instante dijiste que estaba bien.

Nos encontramos en aquel parque donde tantas veces habíamos ido a simplemente pasar el tiempo y reírnos un rato. Te encontré sentado bajo un árbol con los audífonos puestos y los ojos cerrados al verte así pensé realmente lo haría.

Te iba a decir de una vez por todas lo que sentía, estaba tan perdida en mis pensamientos que no note el momento en que te pusiste delante mío y empezaste a mirarme con curiosidad.

Al ver que reaccione me sonreiste y me invitaste a sentarme contigo, una vez estuvimos sentados los dos uno al lado del otro me preguntaste.

—Olivia sabes que me gusta pasar tiempo contigo pero te conozco lo suficiente para saber que esta reunión es por algo en específico— Estaba aterrada no tenía idea de como ibas a reaccionar, trate de tranquilizarme y sin darle más vueltas lo dije.

—Me gustas— Lo había dicho en tono bajo pero sabia que tu lo habías escuchado. Los nervios me estaban matando como te estarías sintiendo acaso  ¿feliz? o en cambio estarias pensando que perdí la razón tantas cosas pasaban por mi mente pero nunca espere que tu reacción fuera reírte.

Te reiste y yo en ese momento solo quería irme y no haber dicho nada
—Es una broma cierto?— Y señoras y señores escucharon eso es mi corazón rompiéndose sentía como las lágrimas querían salir pero ya no había marcha atrás mire hacia otro lado y te  contesté—No lo es, realmente me gustas—Al principio no sabia que esperar y ahora estaba más confundida y triste.

—Yo también— esa fue tu respuesta, te mire desconcertada que significaba ese "Yo también" —Tu también que Fede? — pregunte mientras mi corazón latía con fuerza.

—Tu también me gustas Olivia— Un silencio sepulcral reino entre los dos te gustaba... yo te gustaba. Si en este momento estaba soñando no quería despertarme y antes de que pudiera seguir repitiendo en mi mente tus palabras comentaste —Desde hace mucho me gustas pero no quería decirte pense que me rechazarias—  Me quede sorprendida no esperaba escuchar algo como eso en realidad ni siquiera esperaba que correspondieras mis sentimientos.

Con tus palabras sentía como la confusión, la tristeza y los nervios eran reemplazados por alegría y alivio.

— Y bueno si tu me gustas y yo te gusto entonces ¿qué somos?—  te pregunte mientras te miraba con una sonrisa a lo cual tu contestaste — No pierdes el tiempo verdad, Olivia me harías el honor de convertirte en mi novia?— Mi respuesta era obvia por supuesto que quería ser tu novia pero en vez de decir si decidí darte mi respuesta de otra forma.

Me acerque a ti y acorte por completo la distancia entre ambos tu me miraste confundido ibas a decir algo pero antes de que pudieras mencionar palabra alguna te bese, al principio no me seguiste el beso pero una vez reaccionaste lo hiciste. Era mi primer beso y la única forma de describirlo era dulce y tierno.

Cuando me separe de ti te mire y de forma juguetona te dije— Eso contesta tu pregunta— No dijiste nada solo silencio tenias la mirada perdida y me asuste acaso no te había gustado el beso pensé al instante avergonzada te dije — Lo siento no debí haberte besado— mire hacia abajo mientras pensaba en lo tonto que era lo que había hecho hasta que senti tus manos en mi barbilla hiciste que te mirara y antes de comprender tu intención me besaste ahora yo entendía tu reacción ante el beso anterior estaba asombrada sin embargo te correspondi.

Cuando nos separamos tu me dijiste—Gustarme no, me encantó no se como pude vivir hasta ahora sin tus besos—Una sonrisa se instalo en mi rostro más tierno no podías ser, otras personas no conocían ese lado tuyo con los demás siempre te has mostrado serio y más reservado pero conmigo mostrabas aquello que a simple vista la gente no podía ver de ti.

Me tomaste la mano y yo con gusto tomé la tuya.

El resto de ese día nos la pasamos hablando y riendo, tu actitud conmigo no había cambiado lo único que diferente era que decías algunos comentarios para ponerme nerviosa te gustaba verme sonrojada y saber que tu eras la razón.

Ese fue el primer día de muchos más que vendrían.