¡Yo te conozco!

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James siempre había sido alguien que trataba de ser feliz con cada acción que realizaba. Por un tiempo lo logró, durante sus años en la primaria fue feliz sin darse cuenta. Tenía todo lo que necesitaba, un grupo de amigos, sus padres lo amaban, todo fue perfecto hasta el día que su padre perdió el buen empleo que había tenido todos esos años. Debido a eso, su familia tuvo que mudarse a otra ciudad por unos meses, meses en los que Jim no consiguió ningún amigo y solo podía sentirse solitario. Cuando volvió a su ciudad natal todo había cambiado, sus amigos se habían vuelto personas toxicas con las que no se sentía cómodo del todo y la escuela había cambiado a la directora antigua por un hombre amargado que hizo horrible su último año de primaria. Todo empeoró cuando comenzó la secundaria, sus amigos se volvieron gente desalmada que solo se aprovechaban de los débiles, y algunos de sus maestros se burlaban de sus alumnos. Esto provocó que los alumnos de esa secundaria se destruyeran a los que eran débiles y no podían defenderse. Entre estos se encontraba James, quien estaba acostumbrado a ver el lado bueno de la gente, por lo que fue la principal víctima de las burlas, insultos y abusos de su grado. Solían lanzar sus cosas por la ventana mientras otros lo golpeaban y se reían de él. Su única salida fue cambiar de escuela, donde conoció a Celia. Y finalmente termino en la Preparatoria, pero esta vez sería diferente, esta vez no iba dejar que nadie lo dañara y haría lo que fuera necesario para ser respetado o temido. —Y así fue como termine aquí, sin amigos reales en una escuela desconocida donde debo desconfiar de cada persona que conozco, usando la máscara de un personaje falso porque soy demasiado cobarde para enfrentar la realidad pensaba él mientras caminaba por el ultimo pasillo antes de llegar a su nuevo salón de clases. En su cabeza solo se repetía un pensamiento — ¿A quién quiero engañar? Soy patético, probablemente vuelva a suceder lo de aquella ocasión—. Giró la perilla y empujo la puerta con la esperanza de encontrar un lugar en el rincón más lejano del salón para poder evitar cualquier interacción con sus nuevos compañeros. Dirigió su mirada a la esquina opuesta a la puerta del salón pero ya estaba ocupada por alguien que parecía estar sacando algo de su mochila. En ese momento Jim recordó que ya había visto a esa persona en otro lugar, ¡ella era la chica con la que James tropezó y tiró al suelo! Inmediatamente gritó sin pensar en las consecuencias ¡¡Yo te conozco!!

Lost in my heartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora