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Narra Betty.

Me había despertado muy temprano, hoy sería mi primer día de maestra y quería llegar temprano para conocer a todos los padres de los pequeños a los que enseñaré.
Ya me había arreglado y tomado mi desayuno, estaba lista para salir.
Me puse mis audífonos, mi abrigo y me dispuse a salir.
Iba tan concentrada en mi música que en un momento llegué y crucé la calle.
X: ¡Cuidado!.
B: ¿Ah?. *se voltea*.

La persona que me había gritado corrió hacia mí y me jaló del brazo, haciendo que ambos nos cayéramos al piso.
B: ¡Lo siento!. *se para de encima del chico*.
X: Tranquila, no pasa nada. ¿Estás bien?.
B: Sí, muchas gracias, me salvaste...
X: ¿Segura que estas bien?.
B: Segura.
B: Mil gracias por salvarme. *mira su reloj*.
B: ¡Cielos, voy tarde!.
B: Lo siento, me tengo que ir. Muchas gracias y adiós. *se va corriendo*.

Me fui corriendo hasta la escuela, no iba tarde para mi horario de ingreso, iba retrasada para recibir a los primeros alumnos.
Llegué justo a tiempo para recibir a mi primer alumno y a sus padres.
El timbre acababa de sonar y yo estaba cerrando la puerta del aula cuando una voz me interrumpió.
X: ¡Espere un segundo, por favor!.
Me di media vuelta y vi a aquel chico que me había salvado hace un rato. Venía corriendo con una pequeña niña en sus brazos.
B: Apresúrense, ya sonó el timbre.
X: Lo siento, nos perdimos, no somos de aquí.
X: Espere, yo la conozco. *deja a La Niña en el suelo*.
B: De esta mañana, nuevamente muchas gracias.
X: La chica que casi arroya un auto. *le arregla la chaqueta a la niña*.
B: La misma.
B: ¿Cómo te llamas, cariño?. *se agacha a la altura de la niña*.
M: Millie.
B: Millie, yo soy tu maestra, Betty.
M: Hola. *le sonríe a Betty*.
B: Deberíamos entrar, se hace tarde. ¿Vamos?. *le extiende la mano a Millie*.
M: Sipi. *toma la mano de Betty*.
M: Adiós, papi. *se despide de su padre*.
X: Espera.
X: Cuídate, princesa. Te amo. *besa las mejillas de su hija tiernamente*.
M: Ya, papi. Hay más gente. *Se ríe*.
X: Ve, divierte. Te amo.
B: Nos vemos.
X: Adiós.

El Papá de Millie era muy tierno con ella. Quité todos mis pensamientos hacia él cuando entré al aula.
Comencé a ver la asistencia para conocer bien a todos los pequeños.
B: Millie Jones.
M: Presente, profesora Betty.

Así que Jones, al menos ya sabía algo de él. Su apellido era Jones.

La jornada pasó muy rápido y ya era que los padres vinieran por sus hijos.
Millie había sido muy tierna, creo que sería mi favorita, era muy dulce y atenta.
M: ¡Papii!. *corre a los brazos del chico*.
X: Hola, princesa.
X: ¿Cómo te portaste?.
M: Bien.
X: ¿Cómo se portó?.
B: Muy bien, es muy dulce.
X: Te ganaste un premio, princesa.
M: Wiiii.
X: Por cierto, soy Jughead...*Betty lo interrumpe*
B: Jones, lo vi en la lista de clases.
J: Jajaja, ya veo.
B: Yo soy Elizabeth  Cooper, pero me dicen Betty, un gusto Jughead. *le estira la mano al chico*.
J: Un gusto, Betty.
M: Papi, ya vamos. Tengo hambre.
J: Jajaja, siempre tienes hambre.
M: Igual que tú.
J: Por eso eres mi hija, princesa. *besa la frente de la pequeña*.
M: Adiós, maestra.
B: Adiós, Millie.
J: Hasta pronto, Betty.
B: Nos vemos, Jughead.
B: Jughead, mañana hay reunión de padres y maestros.
J: Aquí estaré.
B: Adiós.
J: Adiós.

Vi como padre e hija se iban Felices. Me pareció una imagen muy tierna.

Al día siguiente el día transcurrió normal. Luego de las clases fui a mi apartamento para arreglarme, era mi primera reunión de padres y quería dar una buena impresión.
Me hice una coleta de caballo, me puse una polera de color negro sin mangas, unos pantalones rojos, y unos tacos altos.

Ya estaba por comenzar la reunión y no veía a Jughead por ninguna parte, quizás se había atrasado, o le había pasado algo, o quizás Millie no lo dejaba salir, o

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Ya estaba por comenzar la reunión y no veía a Jughead por ninguna parte, quizás se había atrasado, o le había pasado algo, o quizás Millie no lo dejaba salir, o...
J: Permiso, maestra. *entra sigiloso al aula*.
B: Adelante, llega justo a tiempo para empezar.

A lo largo de la reunión no podía concentrarme en hablar bien con los apoderados, solo podía ver a Jughead y su jodida sonrisa. Se veía estupendo, se notaba que se había arreglado para hoy. Parecía no estar ni formal ni informal, se veía bien.

Muchas madres lo miraban de reojo y se sonrojaban, es que no era ninguna mentira que era jodidamente caliente

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Muchas madres lo miraban de reojo y se sonrojaban, es que no era ninguna mentira que era jodidamente caliente.
¡Betty, no!, es el padre de tu alumna, no puedes pensar eso de alguien. Además claramente tiene pareja.
Al finalizar la reunión los padres comenzaron a salir y yo a ordenar mis cosas.
Al salir me dio un poco de frío, había olvidado mi abrigo en casa. Comencé a tiritar de frío, de pronto una chaqueta cubrió mi espalda, era Jughead.
J: Te estás congelando. *apaga el cigarrillo que tenía encendido*.
B: Gracias, es que olvidé mi abrigo en casa.
B: No debería aceptarlo, ahora te vas a congelar.
J: Tranquila, no tengo frío.
J: ¿Vives muy lejos de aquí?.
B: Un poco.
J: ¿Y como te vas?
B: En metro.
J: Vamos, te llevo.
B: No te preocupes, no debes molestarte.
J: No es ninguna molestia. Además no quiero que la maestra favorita de mi hija se enferme.
B: Pero...
J: Nada de pero, vamos.
B: ¿Tienes auto?.
J: Algo así, no es mío pero sí.
J: Es de la editorial en que trabajo, ellos me pasaron este auto mientras consigo uno para mí.
B: Ya veo. ¿Trabajas en una editorial?.
J: Sí
B: ¿Y qué haces?
J: Soy escritor y periodista. *le abre la puerta del auto a Betty*.
B: Gracias.
B: Tu trabajo es genial, Jughead.
J: Lo es. *cierra la puerta del auto*.
J: Y es aún mejor cuando puedo trabajar desde casa. *cierra la puerta de su lado*.
B: Wow.
B: ¿Por qué ayer ibas caminando a la escuela cuando podrías haber ido en auto?.
J: Millie quería ir caminando, y no suelo decirle que no a mi princesa.
B: Jajaja.
J: Millie te adora.
B: Estás bromeando.
J: No, es enserio, hoy a Verónica no paraba de decirle, decía que cuando creciera quería ser como tú.

Rayos, sí tiene pareja. Ella debió sentirse terrible cuando su hija le dijo eso.

B: Eso debió dolerle a ella, digo como es su madre.
J: ¿A quién?, ¿a Verónica?. *Betty asiente*.
J: Betty, Verónica no es la madre de Millie, ella es mi hermana.
B: Oh, lo siento.
J: No, tranquila. Como maestra de Millie debes saber...
B: ¿Qué cosa, Jug?.
J: Millie no tiene... Mi pequeña no tiene mamá.

Ahora si que la jodí, soy una estúpida, Jug debe sentirse muy incómodo.
B: Lo siento, no quería incomodar.
J: Tranquila, no pasa nada.
J: Somos Millie y yo contra el mundo.

Idiota, idiota, idiota.
El resto del camino fue en silencio, lo poco que hablábamos era para indicarle a Jug donde vivía.

How you see me Donde viven las historias. Descúbrelo ahora