El intruso

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Oigo un jadeo y abro los ojos. Encuentro una oscuridad en donde los detalles son inciertos y las siluetas confusas. Dudo, por momentos, si es que estoy despierto o sigo soñando.

En las tinieblas de mi habitación me ha parecido sentir a un intruso ya cotidiano. He oído su sonido y me ha invadido esa sensación de estar siendo observado. Las sombras a mi alrededor sugieren ser interminables invasores que han venido a atormentarme, pero sé que sólo existe uno y se esconde entre ellas.

Desde que sufrí el accidente mis noches se han vuelto una serie de desvanecimientos involuntarios que son interrumpidos por despertares intermitentes, debido a algo que se mueve a través de mi cuarto. A veces musita susurros inentendibles y respira entrecortadamente como si se ahogara. Otras veces mueve las cosas de mi pieza, enciende la luz del baño y luego regresa. Yo me oculto bajo las mantas de mi cama y rezo para que mi endeble refugio me vuelva inalcanzable. Pienso que si no lo veo, regresará al lugar del que ha salido.

Pero esta vez me ha cansado. No me importa si es un fantasma o un demonio. Me he decidido a levantarme y a enfrentarlo, para que me exija lo que ha venido a buscar y que, de una vez por todas, abandone las sombras que bañan mi cuarto. Me levanto de un salto y enciendo la luz. Lo veo entonces allí, exaltado por el escándalo que he hecho, y comprendo que está asustado. Me busca por todas partes, pero no logra encontrarme, a pesar de que estoy parado frente a sus ojos.

Desgraciado soy por tener que entender, de esta forma tan absurda, queel fantasma en la habitación no es lo que me ha estado despertando Soy yo elintruso que, desde aquel accidente desagradable, ha deambulado por este cuarto.

SusurrosWhere stories live. Discover now