Best Of Me. ShinKami Week 2019

☆ミDía 5☆彡

– ¡Oye! ¡Ten cuidado! – Se quejó una chica cuando uno de cabello rubio paso rápido por su lado –casi parecía estar corriendo– y golpeó su hombro con el propio.

– ¡Lo siento! – Se disculpo el contrario siguiendo con su camino apretando su mochila contra su pecho pues casi se le caía por el golpe y el traspié que dio.

Al lograr pasar la multitud de estudiantes –resultado de que las clases hubieran culminado hace poco– suavizó su rápido andar para poder así recuperar un poco el aliento, mientras caminaba por aquel pasillo casi vacío hacía el ascensor.

Espero a que aquella caja metálica abriera sus puertas luego de presionar con algo de insistencia el botón. Cuando lo hicieron, entró para luego pulsar el número de su piso.

No lo olvides, no lo olvides se repetía mentalmente mientras observaba en la pequeña pantalla los pisos por los que el ascensor pasaba.

– Agh, debí escribirlo. – Se quejó en voz baja, a pesar de no haber nadie que lo escuchara.

Si, debió haberlo hecho. Pero con su amigo pelirrojo era imposible escribir algo, porque el muy curioso se las ingeniaría para averiguar lo que hacía si o si. Y si lo descubría no parararia de exagerar y emocionarse como ya le había pasado antes.

Por eso a penas el timbre sonó, guardo sus cosas en su mochila y se preparó para salir dado de vaga excusa a sus amigos que tenía algo urgente que hacer, pero tratándose de Kaminari urgente podría ser cualquier tontería, así que no le insistieron con ninguna pregunta y le dejaron ir.

Aunque al cruzar una rápida mirada con cierto pelimorado se dio cuenta que lo observaba y tenía una pequeña sonrisa en su rostro porque sabía que ese brillo en sus dorados ojos, solo podía significar una cosa. Ante esa sonrisa, el rubio solo hizo un pequeño asentimiento de cabeza, confirmando lo que el otro estaba pensando.

El sonido que hizo el ascensor al llegar a su destino le trajo de vuelta a la realidad. Salió y se dirigió a su habitación.

Una vez dentro arrojó su mochila sobre su cama, se cambio rápidamente por algo más cómodo, tomó su guitarra del armario y se sentó en el borde de la cama.

Respiro profundo y de manera lenta para relajarse mientras pasaba sus dedos por las cuerdas del instrumento. Sonrió para si mismo recordando la letra que estuvo escribiendo durante la clase, por lo que busco en su mochila el cuaderno donde está estaba escrita y casi finalizada.

Minutos después acordes de guitarra se escuchaban en aquel cuarto lleno stickers y pósters de varios videojuegos y con temática musical –instrumentos, notas musicales– pegados por diferentes lugares en las paredes.

Acompañando la rítmica y algo rápida melodía que desprendía aquel instrumento de cuerdas, una voz recitaba la letra de una canción bastante alegre.

Kaminari variaba su vista del cuaderno a sus dedos sobre las cuerdas en el mástil y de sus dedos al cuaderno, deteniéndose ocasionalmente para anotar o tachar alguna frase, palabra o nota que estaba escrito en las hojas del cuaderno.