¡No soy gay! - Taekook

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Podía escuchar con claridad los numerosos claxons sonar a mi alrededor, mas eso no importaba, los últimos mensajes de Taehyung estaban grabados en mi mente, imposible de borrarlo.

Tenía que escapar de casa, tal y como dijé.

Porque ahora mi vida sólo dependía de aquello, pensar en que algo malo le pasará a mi Taehyung, realmente me abrumaba...

Él que no es gay

Jin, si mi mamá pregunta por mi, traten de cubrirme ¿si?

Omma2

Jungkook

Tu madre dice que bajes a comer

Te estamos esperando con los chicos

Por cierto ¿viste a Jimin?

Desapareció hace media hora y no dijo nada

Él que no es gay

Larga historia

Aparte, olvidas que mi madre no quiere verlo ni en pintura

Bueno

Es urgente, debo hacer algo

Confio en ti

Aunque realmente ya no importaba si su madre llegase molestarse. Jungkook le estaba importando una mierda el asunto con su madre. Y más por dañar a Taehyung con sus palabras.

Llegué finalmente a la dirección que recordaba perfectamente. Y estacioné mi moto apenas en un esquina de la calle, para luego correr hacia la entrada que resultaba dar pase a la casa de Taehyung.

—¡Taehyung! —Grité con pánico mientras tocaba la puerta múltiples veces.

Nadie, absolutamente nadie, abría la puerta y comenzaba a desesperarme más.

—¡SÉ QUE ESTÁS ADENTRO! ¡ABRE.. —Empujé la puerta tratando de tumbarla, mas no obtuve resultado.

Sin querer, una lágrima escapó sobre mi rostro, mientras mi alteración aumentaba cada vez más.

Mi vista comenzó a nublarse por el exceso de lágrimas y cuando estaba a punto de rendirme, dí un último empujón lastimando pequeña parte de mi cuerpo. Y finalmente aquella puerta se abrió.

Nisiquiera lo pensé una vez y partí hacia el segundo piso que suponía dar hacia las habitaciones.

—Taehyung ¿me escuchas?  —Presione mis labios, acercándome hacia la primera habitación del pasillo y pause mi avance tras tener respuesta.

—Vete... —Apenas se pudo escuchar la inocente y agradable voz del castañito proveniente de la misma habitación. —T-te lo ruego —Su voz era rota y sobre todo muy forzada. Se notaba a simple vista que Taehyung no andaba bien.

Esas palabras fueron suficientes para abrir de inmediato la puerta, sin tener en mente lo que estaba por venir.

—Mierda... —Fue lo único que escaparon de mis labios al entrar.

Mi mente se pauso por un momento, mis piernas no reaccionaban, y mis ganas de llorar nuevamente se hacían presente.

—¡Que hiciste! ¡maldita sea!