2.El chico nuevo

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La clase de historia se estaba haciendo más pesada de lo normal. Los minutos parecían horas. Tenía mi cuaderno delante mientras dibujaba. Ni si quiera sabía qué, solo dejaba a mis dedos sujetar el lápiz mientras volaban por el papel.

De repente el silencio inundó la clase, cuando levanté la cabeza, todos me estaban mirando. El señor Truman me miraba con enfado, para después suspirar y coger una hoja de ese maldito cuadernillo que tanto conocía.

-Como no dejes de estar en tu mundo y atiendas en clase, vas a pasarte la vida entera en el aula de castigo-Dijo mientras me tendía la hoja. Yo suspiré y la cogí..

Odiaba ese infernal cuaderno.

Volví a desconectar de la clase y a adentrarme en mi mundo. Lo hecho hecho está, ya estaba castigado, no me podía castigar 2 veces. Estaba atento en todas las clases excepto en la suya. Historia era un horror de asignatura. Me quedaría dormido si atendiera, y de todas formas acabaría en el aula de castigo, así que la usaba para hacer algo más productivo. Dibujar.

Al final de la clase, en los últimos 5 minutos, la directora se aclaró la garganta por el altavoz de megafonía.

-Daylen Neith- Me extrañó oír mi nombre. Esa vez no había hecho nada.-Pase por mi despacho al acabar la clase.

Miré al señor Truman, quien se encogió de hombros afirmando no saber nada. Cuando sonó el timbre recogí mis cosas y me dirigí nervioso hacia el despacho de la señora Morgan, la directora.

La gente por los pasillos me miraba, dando por supuesto que me había metido en otro lío, pero no era así, no esa vez. O eso creía.

Llamé a su puerta, y me respondió con un seco "Adelante"

-Yo no he sido esta vez, lo juro- Dije nada más entrar- Por una vez...-Me detuve al ver al chico delante de mí.

Lo examiné de arriba a abajo. Un chico algo más alto que yo, de pelo castaño, y con unos ojos de color azul claro hipnotizantes. Su nariz estaba decorada con pequeñas pecas.

Oí a la directora aclararse la garganta, sonriendo al ver mi cara de confusión.

-Sé que no has hecho nada-comenzó- O al menos eso espero. Esta vez no se trata de ti.

Señaló al chico con la mano.

-Este es Kenai, es nuevo en el pueblo y en el instituto.-Miré al chico, quien me sonrió y me saludó con la mano.

Kenai era un nombre extraño, debía ser del norte, probablemente de Alaska. O tal vez a sus padres simplemente les gustó el nombre.

-Hola- Dije mirándole. Volví la mirada a la señora Morgan- Vale...Lo que no entiendo es por qué estoy yo aquí, ¿Qué tiene que ver esto conmigo?

-Bueno, Kenai necesita a alguien que le enseñe el instituto- Hizo una pausa- Y como te pasas las tardes castigado, nadie lo conoce mejor que tú.

Me quedé unos segundos callado pensando en una respuesta convincente para librarme del marrón.

-Estoy muy ocupado y...-No logré terminar la frase ya que la Señora Morgan me interrumpió.

-Sí, y tu perro ha muerto, o tu madre está en el hospital...-Dijo con ironía- Ya había escuchado eso antes.

Bueno, teóricamente mi madre estaba en el hospital. Trabajando, eso sí, pero en el hospital de todas formas. Pensé en decir algo acerca de eso, pero al final decidí guardármelo para mí.

-Pero...-murmuré.

-Nada de peros-Dijo interrumpiéndome de nuevo- Además, conseguirás librarte del castigo de hoy y de la siguiente clase, puesto que estarás ocupado.

~Tuneful Sketches~(Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora