7.Marco polo

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-Marco

-Polo-Murmura él, casi no se le oye.

Me giro rápidamente a la dirección en la que he escuchado su voz.
Camino rápidamente hacia allí.
Bum.
Me tropiezo con la silla y caigo de bruces al suelo.
Esta es la prueba de que jugar a "Marco Polo" en la oscuridad, no es buena idea.

Oigo su risa ronca cuando me recompongo sentado.

-Jaja, que graciosín estás hoy.-me quejo yo, aunque en realidad si que me hace gracia.
No dice nada.
Solo oigo silencio durante unos segundos, lo oigo moverse por la habitación.
¿Qué hace?

Me estremezco al oír su voz en mi oído.
Susurrandome.

-Eso te pasa por torpe.- Luego suelta otra risita.

¿Ah sí? ¿Seguro?

Inmediatamente, lo agarro y lo tumbo en el suelo, sentándome encima de él y agarrandole los brazos.

Una de mis manos le agarra los brazos en alto para que no se muevan.

La otra baja hasta su abdomen.
Siento su fuerte abdomen tensarse.
Pero madre mía, parece que tiene una tabla ahí debajo.
Mi cabeza se inclina hasta llegar a su oído.

-Esto te pasa por reirte-Le susurró.

Y a continuación le empiezo a hacer cosquillas.
Oigo su divertida risa.
No puedo hacerle cosquillas por mucho tiempo porque se resiste, y es más fuerte que yo.

Sigo sentado encima de él. Ambos riéndonos.

De repente, la puerta se abre y la luz se enciende.
Mi ojos tardan en acostumbrarse a la luz. Veo todo negro todavía.
Cuando al fin puedo ver, miro hacia la puerta. Mi madre está ahí con una mirada divertida.

-¿Qué hacéis?-Pregunta curiosa.

-Jugar a "Marco Polo" con las luces apagadas.-Le digo.

-Es hora de cenar-Hoy es una de las pocas veces que mamá cena en casa.

-Vale, ya vamos.

-¿Te quieres quedar a cenar, Alek?-Le pregunta mi madre.

Ha pasado una semana desde el incidente de la fiesta. Desde entonces, que Alek venga aquí se ha hecho rutina.
Ha venido casi todos los días de la semana.
En el instituto siempre estamos juntos, puesto que Cam está demasiado ocupado con Kyla.

A mamá le cae me maravilla, incluso cuando solo se han visto 2 veces, hoy es la tercera vez. Así que no tiene ningún inconveniente con que se quede.

-Me encantaría-Responde Alek con una sonrisa.

-Genial-Dice mientras cierra la puerta.

Alek y yo nos recomponemos inmediatamente, los dos con una sonrisa divertida en la cara.

No decimos nada, solo bajamos a cenar.
Cuando los mellizos ven a Alek, se lanzan a sus piernas y se agarran como monos.
-¡Ahora somos tus botas!-Exclama Leah.

-¡Intenta caminar con nosotros!-Grita Thomas.

Alek empieza a caminar con poco esfuerzo, haciendo a los mellizos rebotar y explotar de risas y gritos.

-Chicos, dejad a Alek tranquilo-Les advierte mi madre.

-Tranquila, Sra.Neith, solo se están divirtiendo.

Sigue así durante unos minutos, jugando con los mellizos. Pronto, noto que se cansa, así que decido ofrecerle una pequeña ayudita.
Cojo una pelota pequeña, la lanzo al salón.

-Quien la coja primero gana- Les digo.

Los dos sueltan a Alek y salen corriendo a por ella. Son como perros.

Alek mira a mi dirección y levanta una ceja.
-¿Tan fácil?-Pregunta con una sonrisa.

-Es lo bueno de tener 2 hermanos que parecen cachorros.

Los dos reímos.
Después de eso nos sentamos a la mesa y empezamos a cenar.
Alek y mamá están charlando sobre cosas aburridas. Prefiero no oír nada por si me duermo.
Pero antes de desconectar, oigo algo que me parece interesante.

-Por cierto, Sra.Neith-Le dice Alek a mi madre- ¿Le importaría que mañana viniese Kayden a mi casa?

-Claro Claro, ningún problema.-Dice sonriendo.

Yo levanto las cejas, y hago la misma pregunta que me hizo él antes.

-¿Tan fácil?

-Es lo bueno de caerle bien a tu madre.

Todos nos reímos, incluida mamá.
Los mellizos no porque no se enteran de nada.

Terminamos de cenar, ayudamos a mamá a recoger la mesa.
Alek se ofrece a lavar los platos, pero mamá le dice que no hace falta, que lo puede hacer ella.

Salimos los dos al a tomar el aire.
El frío de octubre me golpea en la cara, de todas formas, me gusta el frío, así que no hay ningún problema.

Me siento en la escalera del porche. Él me imita y se sienta junto a mí.

-Le caes mejor que yo a mi madre- Le digo yo, imitando con mi dedo a una lágrima.

-Eso es porque ha tenido un hijo tonto.-Bromea él.

-Tocado- Me llevo una mano al corazón haciéndome el ofendido.-Me indigno a hablar contigo.

-Oh, perdóneme, mi Lord.

-No, ahora te buscas a otro- giro la cabeza hacia el lado contrario.-Ahora solo eres un plebeyo para mí.

Alek se pone de pie, se pone delante de mi y se arrodilla.
Me sobresalto cuando coge mis manos.
Sus manos son suaves y cálidas pese al frío que hace.

-Por favor, perdóneme mi Lord. Se lo suplico.-Dice a continuación.

Yo me río.

-Suficiente drama por hoy.

-Bueno, entonces, ¿Mañana a las 4 p.m. en mi casa?

-Me parece correcto.-Digo yo sonriendo.

-Vale, ya sabes donde vivo.

-Si, te voy a secuestrar por la...-Me detengo cuando suena su móvil.

Siento frío en las manos cuando me las suelta. Ni si quiera me había dado cuenta de que las seguíamos teniendo cogidas.

Él atiende la llamada y se aleja para hablar tranquilo.
La llamada no dura más que unos segundos.
Cuando vuelve, me dice que se tiene que ir.
Se despide de mi madre, y se marcha a su casa.
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Holaa, ratones de biblioteca!!

¿Qué os ha parecido este capítulo?? 7w7

¿Que creéis que pasara en la casa de Alek??

Dejadme vuestra opinión.

Os dejo a los mellizos: Thomas y Leah, en multimedia.

~Wonirl

~Tuneful Sketches~(Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora