Una Crisis, Una Charla Y Un Beso

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Sábado, 24 de enero

    Estaba en el interior de su mente. Era como una habitación infinita repleta de momentos, porque la vida es eso, momentos.

Empezó a oír voces entumecidas pero desconocía su procedencia. Pronto notó que venían del exterior. Esa voz… Era su hermana. Sonrió recordando todas las tardes tomando el té con ella y sus peluches… Tantos recuerdos, se dijo a sí mismo que no podía dejarla sola.

Prestó atención a la otra voz pues se veía incapaz de reconocerla, hasta que escuchó a su hermana decir el nombre.

   -Lily, ¿por qué no despierta?

   -Oh, Carol. Solo tiene que descansar mucho. Te voy a contar un secreto que descubrí hace poco.

   -¿Un secreto?- Dijo la niña curiosa.

   -Si. Verás él puede oírte, si le hablas le darás fuerzas para despertar. Porque abrirá los ojos, Carol. Te lo prometo.

   Jeremy quiso reaccionar a esa afirmación. Quería salir de su mente. Quería abrazar a su hermana. Quería llevarla a tomar chocolate caliente y colocarle las nubes de azúcar. Quería hacer sonrojar a esa chica tímida que ahora mismo estaba con su hermana. Sin embargo, cuantas más fuerzas tenía antes aparecía su oponente, como en ese momento. Lo sabía por la sensación de frío que invadía el ambiente y se colaba por sus venas. Se giró y la vio, de pie en su esplendor, la muerte. Había llegado la hora de jugar y ambos sabían que este sería el partido definitivo.

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Tras contarle el secreto, Caroline sonrió y abrazó a Lily.

   -Lo sabía, sabía que él podía notarme. Es mi hermano y siempre está ahí, ahora me toca estar a mi.- Lily se sorprendió de las palabras de la niña y simplemente asintió. Carol se alejó de ella y se dirigió a la silla que había en la habitación, la arrastró hacia la cama donde se encontraba su hermano y se subió de rodillas para poder estar más cerca.

  -¿Jery? Jery soy yo, soy Carol. Lily me ha contado un secreto pero no puedo decírtelo porque sino deja de ser uno, por eso voy a contarte mi día desde esta mañana. Hoy la tía me ha dejado quedarme en casa y despertarme tarde. Me ha hecho tortitas para desayunar. He echado de menos las tuyas, tú hacías formas con la masa…-La voz de Caroline se apagó por un instante recordando ese momento y Lily agarró su mano y con una sonrisa le instó a continuar.

   -Luego me ha dejado escoger la ropa, pero me ha recordado que veníamos a verte así que me he puesto muy guapa para ti. Llevo ese vestido verde que tanto te gusta. La tía me ha hecho dos trenzas y le han quedado preciosas, no como a ti que siempre termino con una a medio hacer y otra mal hecha. Le he dicho a la tía que me hiciera una foto así, cuando puedas, verás cómo me he acicalado. ¿Has visto qué palabra he usado? A-ci-ca-la-do. La tía me la ha enseñado hoy de camino a verte. La tía sabe tantas cosas… Lo único que no sabe es que vas a despertar. Pero yo sí lo sé, Jery. Por eso se lo recuerdo cuando puedo. Ella sólo asiente. Oh, Jery, quiero tanto que despiertes para que ella vuelva a sonreír…

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Jeremy se encontraba tumbado, estaba agotado. No mentía cuando pensó que este sería su último partido contra su rival. La muerte había sacado la artillería pesada y lo estaba derrotando. Se levantó como pudo, le temblaban las piernas y sudaba como nunca antes lo había hecho. Dentro de él sabía que pronto todo habría terminado pero no podía rendirse, no así, no en el campo de lacrosse, no en su terreno. Agarró el palo y se dirigió al centro del campo, desde allí tenía que correr hacia la portería, esquivar a su oponente y marcar. 

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⏰ Última actualización: Jul 08, 2019 ⏰

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