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La mañana siguiente, Tobirama se levantó tarde. Se había tardado en dormir por analizar cada detalle de su situación con Izuna, desde lo que sucedió hasta... lo que sucederá. Y esta mañana estaba tan desconcentrado que antes de salir se dio cuenta que se puso la ropa interior al revés. 

— ¡Mierda! —exclamó al notar lo tarde que se le hacía. Justamente hoy era el día en que no podía tardar; tenía pautada una reunión para acordar el establecimiento de la Policía Militar de Konoha, la gran idea que se le ocurrió para mantener a los Uchiha en la raya. Con todo lo de Izuna, sintió que sería más importante que nunca. No podía permitir que aquellos agresivos y despiadados le hicieran algo a la aldea, y más importante, que destruyeran su orgullo.

Se apresuró para llegar a la oficina usando el hiraishin. Cuando llegó, sólo se encontró a Izuna acomodando unos papeles.

— Oh, hola Tobirama, buenas tardes —dijo Izuna sarcásticamente, actuando como siempre. 

—¿Qué... haces aquí? ¿Qué sucedió? —preguntó Tobirama, mirando a su alrededor, preocupado.

—¿Te refieres a anoche o hace un momento? —respondió Izuna, con una sonrisa malvada.

"Demonios, entonces eso sí pasó...", pensó Tobirama avergonzado, mirando hacia otro lado— Hablaba de... un asunto que tenía pendiente hoy...

—¿Uh? ¿Me querías ser infiel, Tobirama? —apenas oyó eso, al albino se le pusieron los pelos de punta. Izuna rio— Estaba bromeando. ¿La reunión que tenías pendiente? La atendí yo. Hashirama me autorizó.

—¿Qué...?

—Ya todos estaban reunidos, sería una falta de respeto que los dejáramos esperando por tu irresponsabilidad, ¿no crees? —el tono de Izuna era dulce, como si estuviera haciendo un comentario inocente y no insultando a Tobirama.

Tobirama tragó grueso. No entendía lo que estaba pasando. ¿Por qué Hashirama autorizaría a Izuna para que atendiera una reunión de Tobirama en lugar de hacerlo él mismo, como hubiera debido? Algo andaba mal, el Senju lo sabía, pero la hermosa voz de Izuna y su tierna expresión no lo dejaban analizar la situación.

—¿En qué quedó la reunión? ¿Tú... redactaste el documento?

—La reunión fue fantástica. Hicimos bastante progreso, incluso discutimos un par de cosas sobre la Academia. Casi concretamos un plan de estudio, planeamos otra reunión para finalizar eso. Oh, olvidé incluirte, jaja. Le diré a Tōka que te añada.

—¿P-pero... qué hay de la Policía Militar? Ese era el propósito de la reunión...

Cuando escuchó las palabras "policía militar", Izuna se tensó. Su expresión corporal cambio por completo. Tobirama sintió un escalofrío recorrer su espalda.

La sonrisa del Uchiha era letal cuando volvió a hablar.

—Ah, eso. Todos estuvimos de acuerdo en que no había necesidad de crear una. La idea de formar la aldea era que todos conviviéramos en paz, y crear un organismo de vigilancia solo aumentaría las tensiones entre clanes. Además, tú y yo sabemos muy bien lo que pasaría si a alguien se le ocurriera cometer un crimen, ¿no? —Izuna se echó a reír, aunque no había nada gracioso en sus palabras. Cuando dejó de hacerlo, ya había vuelto a su expresión inocente de antes.

Izuna comenzó a hablar sobre planes para facilitar la integración en la aldea y aumentar la confianza entre personas de diferentes clanes, pero hacía ya bastante tiempo que Tobirama había dejó de escuchar sus palabras. Solo podía pensar en como la luz que entraba por la ventana iluminaba el cabello del Uchiha y la daba un brillo azulado. Veía sus dulces labios moverse mientras hablaba, como gesticulaba con sus manos, como se mecía su cola de caballo con el más mínimo movimiento de su cabeza.

El Amarre (tobiizu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora