Cᴀʟɪᴅᴏ Bᴇsᴏ

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Se sentía como en una especie de sueño, confuso e irreal. A pesar que sus nakamas se negaban a contarle lo que había ocurrida pequeños fragmentos atacaban su cabeza, Lucy alcanzó a mirar a sus nakamas con desconcierto, con culpa veía en ellos una inminente preocupación.

—Elsie...—balbuceó Lucy—aún no me lo creo, ahora recuerdo cuando eso ocurrió.

—Realmente nos asustaste, Lu-chan.

—Lo bueno es que ahora estas de regreso con nosotros—alegó Erza—Loke nos dijo que Elsie podría volver manifestarse en tu cuerpo.

—Ya veo...—la mirada de Lucy se centró en el callado Natsu, que yacía sentado a su lado, mientras sus nakamas le contaban sobre lo acontecido él solo se mantenía al margen, como si no quisiera volver a saber del tema.

—No sabes cómo se puso flamita cuando se dio cuenta que no eras tú, sino Elsie—comentó Gray de manera burlona, pero el efecto no fue el esperado, el mago de fuego continuaba sentado sin pronunciar palabra, era un momento algo incómodo, Mirajane advirtió como Natsu miraba de reojo las muñecas enyesadas de la maga estelar, luego que Lucy volviera, se percataron de las quemaduras, que fueron hechas en medio de la ira del dragón slayer de fuego.

—Vaya...—susurró sonriendo, era el momento de dejarlos a solas—debemos irnos—los demás imitaron a la maga y salieron, el pelirrosa se tensó ante la posibilidad de estar a solas con Lucy.

—Natsu, cualquier cosa me llamas—indicó preocupado el exceel—Lucy también llámame.

—De acuerdo, gracias amigo—Happy salió con los demás dejando a ambos magos sumidos en un extraño silencio. Natsu era carcomido por la culpa y el miedo, aunque se repetía que él nunca buscaría el mal para Lucy, su furia pasada no fue una buena forma de demostrarlo.

Lucy inclino la cabeza por la expresión de Natsu, con algo de torpeza y delicadeza acarició la mejilla del pelirrosa, aquel contacto provocó que el mago de fuego se alejará de ella, repentinamente toda su defensa cayó, no la rechazaba por ser ella, pero no deseaba ser tocado por Lucy por temor a sus emociones impulsivas. La frustración que estaba experimentando era devastadora.

—Natsu...—musitó confundida.

—No quiero que pienses mal Lucy...no es eso.

—Si es por lo ocurrido no importa, no quisiste hacerlo—la maga untó sus manos sobre su regazo buscando que palabras seria las adecuadas para amortiguar el dolor de su compañero.

—¡Es mentira!—gritó—es mi culpa, y eso sí importa.

—Sabes que no tuviste la culpa—los ojos impasibles de Lucy se cruzaron con los de Natsu—yo actué porque quise hacerlo. Y tu pensaste que era una impostora, sinceramente yo hubiera estado igual de sorprendida.

—Claro que lo fue—agotado de aquella sensación se sentó al lado de la maga—casi te lastimó gravemente, no pude controlarme...

—Eso paso, porque te desesperaste, no tuviste la culpa—Natsu volteó a verla con una expresión de cansancio—bueno, sí, fue tu culpa, no te controlaste, pero personalmente yo actuaria de la misma forma si un Natsu falso tomara tu lugar y rehusara a hablar. Respecto a lo otro, si tuviera que volver a hacerlo lo haría—levantó sutilmente su mentón y su expresión determinada brilló en su rostro.

—No. No se ocurra volver a hacer algo así.

—Natsu— el pelirrosa se quedó pasmado por la repentina seriedad de Lucy—eres demasiado importante, no debes morir, sé que en el futuro nuevas amenazas surgirán y tú tienes que estar allí para salvar a nuestros nakamas, mi vida comparada con la tuya no es ni la milésima de importante y si tuviera que repetirlo lo haría, porque—la maga no pudo terminar de hablar, los brazos de Natsu la atrajeron a él, aunque quisiera usar su fuerza para apartarse no podría, la pesada respiración de Natsu le indicaba una carga importante.

La Luz de tu AlmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora