Rᴇᴇɴᴄᴜᴇɴᴛʀᴏ

300 30 0
                                    

Elsie marchó para detener a Sting. Sin preocuparse un minuto más Natsu se acercó con pasos aburridos hasta Sting e insinuarle que desistiera de pretender seguir reteniendo a la albina. Aunque el mago de fuego estaba realmente acostumbrado a tales incongruencias pensar que habría visitas similares a la Yukino a partir de ese momento le causaba dolor de cabeza.

—No la vuelvas a tocar... —impuso Elsie abrazando a Yukino.

Rogue retrocedió impresionado por el aura extraña que ahora percibía en Lucy, era bastante parecida a la que sentía en Yukino; cuanto antes Sting separó sus labios para formular una tempestuosa pregunta la mano de Natsu se lo impidió.

—Lo que ocurre es muy molesto, lo sé. Pero tiene una respuesta.

—Lo escuchamos, Natsu-san —concedió el rubio—. Nos parece algo realmente extraño, de repente ella comenzó a actuar raro, pareciera que no nos conoce ¿cree que perdió la memoria?

—No la perdió —bufó el pelirrosa, antes de hablar miró con el rabillo del ojo a Elsie—. Esa impostora que ven allí...

—Plebeyo, no permitiré que le faltes el respeto a mi princesa —increpó Yukino con firmeza. Natsu le lanzó una mirada agotada, si pudiera en ese momento desear algo el pelirrosa estaba convencido que anhelaría que todo fuera una burda pesadilla y que despertaría en medio de una misión.

—No pierdas los estribos, flamita —indicó Gray con precaución, Natsu maldijo por lo bajo, conseguía apreciar su creciente ira, él frecuentaba no hacerse muchos problemas, era sabido que si Natsu se mantenía con esa actitud incomoda en su rostro era porque la situación realmente no le caía en gracia.

—¿Quién eres? No eres Yukino —declaró Sting con seriedad. Si bien hace unos segundos la confusión teñía su rostro ahora comprendía en cierta parte a lo que Natsu se refería.

—Lamento haberles causado preocupación —artículo con vergüenza por la intensidad de la mirada del rubio.

—Ella lo lamenta. Además debería ser más comprensivo con mi querida Yuki —intervinó Elsie atrayendo aún más el cuerpo de la muchacha a su protector abrazo.

—Yuki... —repitió el mago de fuego arrugando su nariz—, como lo suponía.

—¿A qué viene esa postura de desdén, plebeyo de fuego?

—No vuelvas a llamarme de esa forma, princesita.

—No haré caso a tus órdenes.

Erza cruzó sus brazos y su ceja comenzó a moverse a causa de los nervios.

—Ambos cierran la boca de una vez —ordenó con poderosa voz. Para sorpresa de los demás miembros Elsie hizo caso a tal exigencia sin atreverse a rechistar. Yuki se apartó del agarre de la princesa y se inclinó ante Sting y Rogue con un cordial respeto.

—Sinceramente perdonen que este interrumpiendo la relación que tienen con Yukino, ambas tuvimos un trato y me permitió habitar en su cuerpo por un tiempo. Me llamo Yuki y espero no causar molestias.

Mirajane dejó una copa seca sobre el estante luego de observar a todos los presentes con rostros fatigados, aunque ella no demostrara más que una simple sonrisa por dentro especulaba que toda esta situación se agrandaría en un futuro.

—Vaya, vaya, vaya —murmuró para sí misma—, estamos en unos buenos problemas.



El eco de las gotas cayendo una tras otras retumbaba en esa cueva húmeda. Solo tuvo unos segundos para apreciar la adaptabilidad de su forma material, debía admitir que liberar luego de años las almas de los antiguos habitantes de Verot aunque fuera una desventaja le permitió librarse de su atadura mágica. Ahora era solo cuestión de tiempo para actuar a su completa conveniencia.

La Luz de tu AlmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora