Advertencia: Este capítulo contiene escenas que pueden herir la sensibilidad del lector. Se recomienda discreción.
Desde ya, gracias por leer. ❤******************************
Los días siguientes parecían normales. Flug trabaja en nuevos pedidos, 5.0.5 limpia y Demencia hace desastres. Sin embargo, el único que se nota diferente es Black Hat.
El científico lavaba los platos luego del almuerzo cuando aquella duda asaltó su cabeza. Frunció un poco el ceño y le habló a su bebé.
—Mi chiquito pechocho, ¿no has notado al jefecito raro?
Él deja de trapear para mirar a su mamá Flug y niega con la cabeza un tanto confundido.
—¿Baw? —Habla adorable, sacándole una sonrisa al de bata.
—Por nada, bebito lindo. Seguro son cosas mías. —Responde para no preocuparlo, y parece funcionar porque vuelve a sus tareas con una gran alegría.
No eran en absoluto cosas suyas, y 5.0.5 lo sabía más que nadie. Hace tiempo que retira pequeñas gotas de sangre seca del baño privado del jefe, junto con guantes desgarrados salpicados del mismo tejido. Pero... ¿Si fingía ignorancia podía hacer felices a todos? ¿Podría sacarles el peso de preocuparse por él?
Con gruñidos tiernos, abrazos y galletas liberaba la presión y ansiedad de la mayoría. Si era necesario destruirse y regenerarse para ello lo haría sin dudarlo, siempre mostrando una sonrisa. Porque según el osito los demás estaban antes; la felicidad de los otros lo hacían feliz. Consideraba un premio valioso las sonrisas que causaba, estando primeras las de su mamá Flug.
—Ya terminé por aquí. —Comenta terminando de guardar el último traste—. Tengo muchas cosas que resolver, amorcito. Pórtate bien, nos vemos luego. —dice rápidamente con cariño para salir corriendo al despacho de su jefe. Debía aclarar las dudas sobre su persona.
En el trayecto a la oficina es interceptado por una eufórica Demencia que lo taclea de un segundo a otro.
—¿Qué haciendo, cuatro ojos? —cuestiona sonriente sentada sobre el estómago del recién atacado científico.
—¡Cuál es tu problema, maldita escuincla!
—¡Es divertido! —Se encoge de hombros desviando la mirada, reprime carcajadas por la debilidad del doctor y finge inocencia—. Incluso creí escuchar algo roto.
—¡Ay, ya salte de encima, pinche loca! —Como puede la empuja, se pone de pie con dificultad y con las manos en la espalda baja se estira hasta escuchar un sonoro 'crack'. Soba la zona adolorida y exclama en un idioma desconocido para la chica "¡Mamá por qué nací!". Terminando con sus lamentos frunce el ceño mirándola y cual madre enojada habla—. Un día de estos me vas a matar ¡y no va a haber nadie que te cocine tus cosas raras ni limpie tus cochinadas!
—Uy sí, qué miedo... —murmura sarcástica.
—¡TE QUITARÉ LAS ESPADAS Y EL BATE, CHAMACA DESAGRADECIDA!
La peliverde no sabe en qué momento Flug sacó una chancla, pero el pánico fue tal que lanzó un agudo chillido y huyó por el pasillo a toda velocidad (obviamente rompiendo todo lo que se interponga en su camino y dificulte el de bolsa).
—¡Demencia!
Corre a la chica lagarto entre indignado y preocupado, olvidándose en aquel momento de Black Hat. Pero el demonio no tiene la misma suerte.
Con los codos apoyados en el escritorio masajea sus sienes intentando detener el dolor de cabeza. Su ceño está más fruncido de lo habitual y aprieta la mandíbula con fuerza. Piensa en Flug. En el maldito de Flug.
—Te odio, maldita sanguijuela... —murmura por lo bajo.
Oye los gritos de él y Demencia, imagina lo que pasa. Reprime un quejido; siente otra puntada entre las costillas. El dolor de cabeza se intensifica.
Piensa en el científico en el suelo bajo la chamaca, en la expresión de dolor que tuvo que poner. En el firme trasero de Flug chocando contra el piso. Recuerda lo delgado y frágil que es, la tentadora boca que muestra al comer, lo blanca que es su piel...
Los insectos se alojan en el vientre. Le producen un calor impropio de él y ligeras cosquillas. Suspira aliviado de que poco a poco aquella migraña cesa y las puntadas desaparecen.
Sigue pensando en todo aquello que le gusta de Flug.
Los músculos de su cara se relajan y un sonrojo verdoso se instala en ella. Observa el bulto en sus pantalones y se odia a sí mismo por lo que va a hacer.
Se reclina en su silla roja y desabrocha el pantalón. Baja un poco los boxers negros liberando su pene erecto con algunas gotas de líquido pre seminal. Se acaricia cerrando los ojos al mismo tiempo que respira pesado, imaginando que sus manos son las de Flug.
Ahoga gemidos y escalofríos le recorren la columna. Se siente débil, asqueroso, de bajo nivel... Pero lo necesita. Desde hace cuatro días descubrió que aquel acto calma ese dolor insoportable que lo acecha.
—Flug... —gruñe. Aumenta el movimiento de su mano; tentáculos salen de su espalda destruyendo la camisa y el chaleco, dirigiéndose a estimular sus pezones, pellizcarle los testículos y acariciar su entrada.
Jadea.
El sudor le baja por la frente y espalda. Murmura el nombre de su doctor, de su problema, de su enfermedad.
Ignora por completo el tiempo que pasó. Sólo sabe que suspiró al eyacular una gran cantidad de semen y que los bichos en su estómago quedaron sumamente dóciles. También que con un movimiento arregló su desastre y su ropa y escritorio estaban impecables. No quedaba rastro de su crimen, como siempre. Nadie lo había visto.
Sonrió con maldad para seguir trabajando como si nada. Ignorando además que detrás de la puerta se encontraba aquella persona en la que estuvo pensando con lujuria, completamente abochornado y con más preguntas que respuestas.

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Tóxico. [PaperHat].
FanfictionÉl era el dos de su código binario, el mal eslabón de su cadena, el virus de su sistema, la sangre errónea de su transfusión. Producía un efecto destructivo, irreparable, nocivo, y sobre todo, tóxico. . . . . . . 🎩 Los personajes de la serie Villan...