Un día sin México

Epílogo

Para quienes querían una continuación, aquí tienen un epílogo.

Disfrútenlo

Nota 14/8/2021: Si llegaron hasta aquí, felicidades. La relación de México y Rusia aquí, por si no es obvio, es de amistad (oh, vaya que sorpresa, los CH pueden ser amigos igual que las personas, aunque sean tu Ship, ¿quién lo diría?). No, Canadá no tiene ningún trastorno, ni psicótico, ni de la personalidad ni nada por el estilo; no, aquí no van a encontrar un final Disney. Mi beta me señaló que el final quedó más abierto de lo que fue nuestra intención, pero como no voy a escribir más de esta historia, (SPOILER) le voy a regalar una estrellita y una galletita a todo comentario que considere creativo sobre que hizo Rusia con la información que obtuvo.

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Consecuencias

Para todo el mundo el matrimonio Canadá-México era el más feliz que se había formalizado en mucho tiempo, de hecho, era la boda más reciente entre dos Countries en la historia siendo la última la de Inglaterra y Francia, pero casi nadie recuerda en su totalidad las circunstancias en que ambas potencias se casaron. Para los hermanos de México, este es el Country más feliz del mundo pues Canadá lo trataba con el amor que su hermano se merecía, especialmente luego de todo lo sucedido.

Iban juntos a las celebraciones de los latinos, a las reuniones de ONU e incluso Canadá se había convertido en su principal socio comercial, seguido de Rusia y Alemania. Además, y no sólo por la influencia del norteamericano, la economía de México estaba creciendo a pasos agigantados ahora que el hermano del canadiense no metía sus narices en la economía del tricolor, ni de ninguno de sus hermanos si hay que ser justos.

Sin embargo, encuentro tras encuentro había un Country que no estaba del todo seguro de que la felicidad del latino fuera tan perfecta como lo hacía ver, y sus dudas solo crecían más y más al oír a los hijos de México externarle a los hermanos de este que su padre no había vuelto a ser el mismo por completo, que había algo que a ellos no les cuadraba, pero toda duda que tuvieran era desestimada por estos pues aseguraban haber corroborado una y otra vez que México estaba bien. Ese Country es nada más y nada menos que Rusia que le tenía cierto aprecio al tricolor; no podía hacer a un lado su preocupación cuando él mismo había notado que México no era el mismo en su totalidad

—El matrimonio nos cambia —escuchó que Perú le decía a CDMX una de las tantas veces en que este le decía que su padre actuaba raro—, verás que cuando pase la novedad será el mismo México de siempre.

Pero tal cosa no pasó. Los meses siguieron pasando y aunque los comentarios de los hijos del tricolor prácticamente desaparecieron Rusia seguía notando ciertas cosas que no le cuadraban del todo si es que México en realidad era feliz con su esposo. Un día, tras una reunión, se acerco para hablar con él de un proyecto que involucraba unas empresas mexicanas asociadas a unas rusas y aprovechó para sacarse la duda.

—Мексика, я не собираюсь вмешиваться в твою личную жизнь, но ты в порядке? —pregunta manteniéndose sereno para no alertar a México.

—Obvio sí wey, ¿por qué no lo estaría? —México lo mira curioso dejando a un lado los papeles que había estado leyendo para prestarle toda su atención.

—Ты совсем не в себе, даже после свадьбы —dice mirándolo con seriedad—, ваши дети беспокоятся о вас.

México se tensa y mira, repentinamente nervioso, a su alrededor como si tratara de asegurarse que están completamente solos en el comedor en la sede de ONU donde decidieron tener la reunión pues era el único lugar tranquilo en ese momento. Rusia lo observa con atención, pero no hace ningún otro comentario para darle espacio al tricolor y no presionarlo.