Capitulo 2: Un final que marca un comienzo

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Al abrir mis ojos está mañana quería que todo lo que había pasado los días anteriores fuese un sueño, pero no, todo había Sido real. Lo primero que vi al abrir mis ojos fue el pequeño candelabro pero hermoso de la habitación de Holly, me levanté de la cama y me dirigí hacia su amplio baño dispuesta a darme una ducha ya que hoy sera un día difícil y muy largo, al cerrar la puerta me desnude en automático, gire a la derecha y quede sorprendida por el reflejó, mi reflejo en el espejo del baño, yo siempre fui una niña y señorita sana, mi madre siempre cuidaba su figura así que en casa siempre había comida y bebidas saludable además de que mi madre y yo ejercitavamos juntas, a mi siempre me gustó hacer deporte gracias a la instrucción de mi madre, ella decía que un cuerpo y mente sanos era sinónimo de una vida larga y prospera, pero en el reflejó que yacía en ese espejo era lo opuesto a un cuerpo sano, a pesar de solo haber pasado un par de días mi cuerpo se veía muy delgado, casi podía ver mis costillas sobresalir gracias a la falta de alimentos, mis ojos se veían hundidos, amoratados e inchados de tanto llorar, aparecieron ojeras pronunciadas que colgaban desde mi párpado infecior hasta casi llegar a mis pomulos, mi cabello era un desastre, esponjado y maltratado totalmente descuidado al igual que mi rostro que se veía demacrado y con el maquillaje corrido de mi estúpida boda ya que no me había preocupado en pasar desmaquillante por mi rostro, en pocas palabras la muerte de mi madre y mi boda fallida habían acabado con Migo, con mi ánimo, con mi alegría y con mis ganas de vivir, pensé que nunca pasaría esto pero mi voluntad de hierro fue quebrantada por completo en un solo día y la pregunta era ¿algún día podré rehacer mi vida? ¿acaso tendré una segunda oportunidad de ser feliz? esas preguntas todavía no tenían respuesta y la verdad todavía no estaba lista para averiguarlo, hoy no quería buscar respuestas, hoy solo quería ir por los restos de mi madre e intentar seguir sin ella.

—Leo ya está listo el... Holly quedó sin habla al ver mi cuerpo semidesnudo —oh por dios leo estás... —si lo sé estoy horrible —no cariño, no estás horrible solo estás un poco delgada y trasnochada. se acercó a su armario y me aventó un vestido negro —pareces un zombie leo, tienes que reponerte pronto ok —no tengo ánimo. me deje caer en la cama y me envolví en las cobijas —vamos leo tenemos que irnos recuerda que hoy te entregan las cenizas de tu mamá. me abraso y beso mi frente —cariño la señora García siempre decía mente y cuerpo sano.... —sinonimo de mil años. Suspiré pesadamente

Sin querer una ligera sonrisa se dibujó en mi rostro al recordar la primera vez que Holly fue a casa, mamá lleno la mesa de comida sana y le pidió que comiera hasta que su estómago estuviera satisfecho por qué mente y cuerpo sano es sinónimo de mil años, ella siempre solía decir eso al ver a niñas flacuchas o con problemas de obesidad, Holly tenía razón yo debería levantarme y comer bien por que así lo hubiera querido mi mamá.

—tienes razón. me levanté de la cama y me vestí —desayunemos. sonreí lo más sincera que pude —asi se habla leo vamos te llenare la mesa de un rico desayuno saludable como ella me enseño. Holly sonrió ampliamente

El desayuno pasó un poco lento para mi gusto pero en un ambiente agradable, el padre de Holly a pesar de ser un empresario muy importante siempre estaba al pendiente de ella y procuraba desayunar con Holly todas las mañanas, llegó el momento, el chófer de Holly nos llevó a recoger las cenizas de mi madre y de ahí nos fuimos a una cabaña en la playa propiedad del padre de Holly y ahí justo en el va y ven de las olas esparcirá las cenizas de mi madre, ese fue su deseo siempre, decía que no quería estar atada a una tumba a un pedazo de tierra inamovible ella decía que al morir quería ser libre, ir y venir al igual que las olas del mar, ella decía que a si de esa manera, cada vez que yo viera el océano ahí estaría ella con Migo, así me fuera a cualquier continente mientras yo me sentará a la orilla de la playa ella siempre me escucharía.

—Leo.... —a..Alex...!!. no podía creer lo que mis ojos estaban viendo, Alex estaba aquí parado justo enfrente de mi sosteniendo un ramo de tulipanes amarillos, las flores favoritas de mi madre —lo siento mucho. dijo con un tono de melancolía y me estrecho entre sus brazos otra vez.

No sé si era lo correcto pero correspondí a su abrasó, lo necesitaba tanto, ese delicioso aroma que despedía él me inundó las fosas nasales y mis lágrimas salieron apresuradas de mis ojos, tratando de buscar consuelo en sus brazos y a la vez deseaba golpearle y reclamarle por dejarme plantada el día de nuestra boda, pero no podía reclamarle por qué el avía regresado a mí y estaba tan necesitada de su amor que le volvería a dar una segunda oportunidad sin pensarlo.

—lamento todo lo que pasó leo, te lo juro que todo tiene una explicación. —shhh ya no sigas, solamente abrázame y no te vayas nunca más de mi lado. me hundí en su pecho y el se aferró a mi como nunca lo había hecho. —Cariño termina de una vez por que el avión nos va a dejar.

Mi corazón se detuvo al oír esa voz femenina llamar a Álex cariño, quede helada completamente cuando el aflojó su abrasó y me tomo de los hombros para juntar nuestras frentes

—lo lamento leo, quisiera quedarme y cumplir lo que prometí pero.... —Su esposa lo espera niña así que suéltalo de una vez. aquella mujer de mayor edad lo alejo de mi y yo quedé en shook no podía creer lo que estaba pasando —¿su..su esposa? —Alexander vamonos de una buena vez.

Sin decir adiós y sin dar explicación alguna Alex se fue y una vez me derrumbe frente a el mar, ese mar que una vez fue el testigo de nuestro amor y de mi felicidad ahora se avía convertido en testigo de dos grandes pérdidas para mí y ya no estaba tan segura de quién era ni a donde iría ni que era lo que el destino me tenía preparado.

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⏰ Última actualización: Jul 09, 2019 ⏰

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