Amor. Un concepto diferente

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ROSE

Las experiencias de la vida no han sido demasiadas, en veces me pregunto en que momento fue el que comencé a conocer sobre el amor, quizás fue en esa edad de los 12 años, quizás cuando comencé a crecer, mamá y papá nunca se preocuparon por mi forma de ver la vida, regularmente crecí siempre sola y jamás comprendí cuando realmente se estaba enamorada o no. Si me casé fue porque realmente no encontraba otra salida, la familia se encontraba en una crisis económica. Recuerdo que tenía 20 años, apenas comenzaba mi carrera de profesora, pero todo en esta vida tiene que tener sacrificios y uno de ellos era dejar mis sueños.

- Rose, hija de mi vida, sé que te estoy pidiendo demasiado, pero realmente no sé cómo salir de esto, tu padre y yo nos encontramos en una situación muy difícil, los alimentos han ido en aumento, tus hermanos no pueden dejar la escuela, eres la única que puede solucionar este problema. –

Fueron las palabras de mi madre antes que me casará por conveniencia con el que fue mi esposo. Realmente ¿Lo quería? ¿Era el hombre de mi vida? Quizás en su momento lo llegue a amar, sólo por el nacimiento de mis hijos, pero siempre estuvo esa duda dentro de mí.

- Gracias, te doy las gracias por permitir que tus hermanos tengan un futuro, sin tu ayuda no podría decir que estarían bien tus hermanos. Gracias mi pequeña, Te amo... ahora puedo partir en paz, te amo nunca lo olvides mi gran Ángel. – Mi padre siempre soñó que me casaría de blanco, fue su último deseo, realmente no supe si murió con felicidad o decepción por no haberme casado con amor.

¿Amor? Entonces que es el amor, podría contestar que el amor es el sentimiento más grande que podemos tener los seres humanos, pero confundiría los conceptos con agradecimiento. El único amor que tengo es a mis hijos, son ellos quienes merecen tener todo el amor que podría tener en mi vida.

- ¡Mamá! ¡Mamá! ... Despierta, mamá, - decía Roberto, me encontró meditando durante la tarde, regularmente como no hay mucho que hacer después de mediodía y hacer todo el quehacer en casa, medito algunas cosas sobre la vida.

- Roberto, hijo, ¿Cómo estás? Hace cuanto estás en casa. Dios mío, cuanto tiempo me perdí en la meditación – sorprendida le respondí al instante que lo vi. - ¡AY! Madre, tú siempre, haciendo tus acciones extrañas, no me sorprendería que alguien se metiera en la casa y robase todo sin que te des cuenta, pero bueno, en fin. Ya tengo 20 minutos aquí sentado en la sala. – Realmente mentía siempre lo hace, quiso asustarme para ver que podría responderle.

Pasando un poco de tiempo comenzamos a comer, traía mucha hambre venía llegando del viaje que hizo por la muerte de su padre. Lo puedo llegar a comprender, pero realmente no entendía el viaje y el gasto innecesario por una persona que hace tiempo dejo de ser parte de la familia.

- Sabes madre, en este viaje comprendí demasiadas cosas, - Sorprendida por las palabras de él, pregunté con sarcasmo - ¿Ah sí? Y ¿Qué cosas? – Regularmente él no era para expresar sus sentimientos, no entiendo cómo logró tener pareja. - ¡AY! Mamá, siempre tan linda con tus palabras. Papá, ¿Lo amaste algún día? – mientras sonaba esa pregunta sus ojos se llenaron de lágrimas. –

Realmente era algo sorpresivo escuchar esas palabras de parte de él, quizás como madre jamás me di cuenta de que el no comprendía esos conceptos, pero ¿Por qué ahora? Cuando su padre nos abandonó, él fue el que entendió más sobre las situaciones que se dieron, el jamás juzgo las decisiones que habíamos tomado, el tenía la edad suficiente para ver que era lo correcto.

- ¿A que viene tu pregunta? – Realmente quería saber que era lo que pasaba. – Sólo es una simple pregunta mamá, quisiera saber si algún día ustedes llegaron a amarse. Se que jamás les pregunte por su relación, sé que jamás debo meterme en cosas que no son de mi interés, pero quisiera saber. – sus manos tomaron las mías mientras me miraba a los ojos.

Historia de un amor desesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora