III- EXPEDIENTE

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—Pe....ro ¿Por qué no puedes? — pregunte incrédulamente.

—Simplemente no puedo, con permiso— se levantó y se fue dejándome complementa sola, con el corazón herido, mi única esperanza se había ido.

Ya era de noche y no sabía cuánto tiempo había pasado desde que se fue, me levanté y me dirigí de nuevo al hospital. Camine entre tantas personas, me pregunto— ¿si alguna vez creyeron que existirían cosas sobrenaturales? supongo que sí, todos los seres humanos en algún punto lo piensan o lo creen.

Con aquella angustia, tristeza y dolor ingrese a aquel hospital, todo era paredes blancas, doctores y enfermeros iban de un lugar a otro, mientras iba caminando rumbo a la morgue, iba observando cada rostro cubierto de angustia, hijos, padre, madre, hermano esperando por noticias sobre el estado de su familiar. Solo Dios sabrá cual es el verdadero sufrimiento de cada persona, solo él sabrá las batallas que se libran día con día.

Por ello me hace pensar— Solo cuando uno está en una situación que roza a la muerte, se da cuenta del verdadero valor de la vida, se toma ese instante para pensar en que hizo bien o mal. Algunos mueren con inmensos remordimientos, sin embargo, otros mueren con sonrisas silenciosas en el rostro, dando su último suspiro.

Al entrar a la morgue vi que mi cuerpo estaba todo cubierto por sábanas blancas como los demás cuerpos. Me senté al lado de mi cuerpo dándole la espalda a la entrada de la habitación, pensando en todo lo que había pasado y efectivamente mis lagrimas no podían faltar. ¿Qué mal tuve que haber hecho para merecer todo esto?

—¿Qué haces aquí? — esa voz de nuevo, la reconocí pese a que solo la había escuchado una vez.

—No tengo donde ir dije sin ánimos

Después de unos instantes el volvió a preguntar —¿me has seguido?, porque claramente te dije que yo....

—¡No te he seguido! — alce la voz, encarándolo — ¡Se muy bien lo que me dijiste en el muelle!

Volví a darle la espalda, aun estando presente escuché sus pasos cada vez más cerca.

—¿Qué haces? pregunte algo alterada al ver que iba a destapar mi cuerpo, más el no respondió—No lo toques, ¡NO TE ATREVAS!

Traté de apartarlo de la mesa en donde estaba mi cuerpo, pero no obtuve éxito, y el logro destapar parte de mi cuerpo desnudo. Sentía demasiada vergüenza en ese momento como para ver a Darren cara a cara.

—Yo...— comenzó a hablar de nuevo — lo siento no me inmute si quiera por sus disculpas porque no salía de mi vergüenza, Ningún hombre había visto mi cuerpo, hasta ese momento— Yo... no sabia

—Te dije que no lo hicieras — sentía mi corazón estrujarse, mientras esas palabras salían en susurros con enojo y tristeza — ¡Te dije que no lo hicieras! — grité encarándolo aun cuando mis 1.48 no eran nada para lo que supuse que eran 1.85 de estatura.

Darren

Mierda, mierda ¿Por qué no le hice caso a sus suplicas?, soy un jodido imbécil. Que día de locos, estoy cansado de todo, tantos problemas como para que una niña venga a sumarle. No sabía qué hacer, nunca en mi vida había estado en una situación así. Salí de la morgue sin añadir más solo había alguien que podía aclararme la situación.

—Hola Dr. Darren— habló Amanda — el Dr. Nickalus está en su consultorio puede pasar si gusta.

— Muchas gracias Amanda — dije dándole un beso en la mejilla, ella ha trabajado para el hospital de mi padre desde que tengo memoria o talvez más, ella es como una segunda madre para mí.

Golpe un poco la puerta y escuché un "adelante", abrí la puerta y me adentré al consultorio.

— Hola Darren, ¿Tienes algún inconveniente? — pregunto el Dr. Klaus apartando la vista de los documentos que estaba leyendo, sus ojos eran tan grises como el cielo nublado, su cabello era castaño con algunos rastros de canas por la edad, su semblante tan solemne y tranquilo que uno sin conocerlo te invita a hablar hasta de tus peores miedos.

— Es sobre la chica que murió el día de ayer me dijo que le realizara la autopsia, pero... se me había olvidado pedirle el archivo así que vine por eso.

— Si eso te lo iba a dar, pero ya estás aquí me ahorraste el irte a buscar — saco de una de sus gavetas el archivo y me lo tendió— puede quedarte aquí y leerlo, voy a buscar un café ya vuelvo — asentí, se levantó de su asiento y salió del consultorio.

Abrí el expediente y comencé a leer, decía lo básico. había muerto por una lesión cerebral, tenía costillas rotas, lo llamo más mi atención fue que en el expediente decía que tenía moretones unos más recientes que otros.

— Dime ¿Qué encontraste de raro? — pregunto el Dr. Klaus al entrar al consultorio mientras le daba un sorbo a su café.

— En el expediente dice que hay moretones y cortaduras en su cuerpo.

— Si, y por lo visto no fueron causados por el accidente refuto mientras se sentaba en su asiento — es verdad que son recientes, pero no para un accidente. Ay Storm que he hecho — pensé.

— ¿Solo esto se sabe de ella? — pregunte mientras seguía revisando su expediente— Si, bueno... su madre no quiso decir nada al respecto del porque la chica estaba con esas marcas en tu cuerpo.

Algo pasaba con la chica como para que tuviera esos cortos y moretones ¿sufría de bulliyng? O ¿sufría algún maltrato por parte de su papá u otro familiar? Sea cual sea que haya sido el caso no tengo porque inmiscuirme en algo que no debía de importarme. Aun así, en mi conciencia hacía eco sus palabras. Pero ¿Qué podría hacer yo? No era Dios para devolverle la vida, y en la situación en que nos encontramos traspasa todo lo relacionado con la normalidad.

Yo simplemente soy un don nadie que no sabe lo que quiere o que no quiere, para sus 25 años se supone que ya debería que tener mínimo la mitad de su vida preparada para lo que hará, pero estaría mintiendo si digo que en mi caso es verdad, después de mi carrera como médico no sé qué más a aspirar. Y la situación de esa chiquilla es algo del cual no quiero lidiar, hasta he llegado a pensar que posiblemente sufra de alguna enfermedad mental al verla.

— Bueno Doc. Klaus nos vemos luego — me despedí saliendo del despacho, al salir vi a Amanda muy entretenida bebiendo su café.

— Amandita, necesito una consulta de su parte hable llamando su atención— ¿Cómo tratas de arreglar las cosas con alguien cuando uno tuvo la culpa?

— Primeramente, si tu tuviste la culpa o fuiste el causante, hay que empezar por asumir la culpa de que haya sucedido— dijo mientras le daba un sorbo a su café — espero que te ayude a arreglar las cosas con tu novia.

— No es mi novia Amandita— negué

— Pueda que en un futuro lo sea, uno nunca sabe  

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⏰ Última actualización: Mar 03, 2022 ⏰

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