07. INVITACIÓN INESPERADA

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— ¿Quieres ir a comer algo conmigo, princesa? —Interrogó el de mirada esmeralda, entrelazando su mano con la azabache.

—Sabes que iría a cualquier lugar contigo, gatito... —Afianzando el agarre, mientras un inoportuno rugir de su estómago se hizo oír—. Además —Sonriendo apenada—, muero de hambre...

—No te preocupes, bichito... —Depositando un tierno beso en su frente—. Te llevaré al mejor restaurant de París... Luego podemos pasear por el río Sena... ¿Qué te parece?

—Me parece una maravillosa idea... —Sus ojos desprendían un brillo especial.

En eso, un joven de mirada marina y vestimenta bohemia se fijó de inmediato en la pareja, centrando su atención en particular en la muchacha de cabello oscuro y mirada celeste.

«Una jugosa presa a la vista...»

Con paso brioso, se acercó, y mientras tomaba con delicadeza el mentón de la joven, escudriñaba cada uno de sus bellos y finos rasgos asiáticos. Todo esto enfrente del ojiverde, que tenía un rostro de completa estupefacción.

—Hola, preciosa... —Con una sonrisa bravata—. ¿Tienes algo que hacer esta noche?

—Ah... e-esto... yo... —Con un intenso rubor en su rostro, mezclado con una mirada confusa.

« ¿Y este idiota quien se cree que es?»

—Disculpa. —Halando la mano de la euroasiática, para ponerla tras de sí, dirigiendo una mirada iracunda al bohemio—. Ella es mi novia.

El varón examinó al modelo de arriba abajo, para luego curvar sus labios en una sonrisa ladina y fanfarrona, intrigando a su contrario.

«Cambio de planes... Nuevo blanco a la vista...»

—Pues... en ese caso... —Tomando con un poco más de fiereza el mentón del modelo—. Tú también puedes venir, lindura...

—Pero... ¡¿qué?! —Expresó atónita la azabache.

El rubio quedó desprovisto de palabras ante la penetrante mirada del músico. Nunca se había sentido tan intimidado ante alguien de esa manera. Su manera tan segura de hablar, su actitud lanzada, su mirada cautivante de zafiro... Había algo en su persona que le resultaba seductora, interesante y... ¿Atrayente?

No. No, de ninguna manera. No de esa forma. ¿O sí?

« ¿Pero en qué demonios estás pensando, Adrien...?»

La situación del guitarrista no era tan distinta. A priori, el enojo del ojiverde le resultó de lo más divertida y singular. Pero al observarlo más de cerca, había algo que le atraía como imán. Su rostro aterciopelado, su pulcra y radiante sonrisa, su profunda y brillante mirada esmeralda... No hallaba ninguna imperfección en él.

Y si de algo estaba seguro, es que ni dudaría ni lo dejaría escapar.

«Eres mío, rubito...»

—E-esto... yo, pues... —Balbuceó el hijo de diseñador con intensas pinceladas escarlatas maquillando sus mejillas, acompañada de una mirada imprecisa y expectante, completamente hipnotizado por el de mechas azuladas.

— ¿Estás viendo esto, Alya? —Preguntó el Dj con una expresión boquiabierta.

— ¿Viendo? No que va, mejor aún, estoy grabando... —Asegurándose de tener el mejor enfoque con su celular—. Esto es material de primera para mi Ladyblog —Con una sonrisa de oreja a oreja ante aquella escena.

JULIO MULTISHIPP [Drabbles y oneshots]Where stories live. Discover now