24. ¿DE QUIÉN HABLÁBAMOS?

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—Lo amo, es tan... Maravilloso... —Expresó la rubia con mirada soñadora.

—Lo sé, nada puede superarlo... —Añade la de melena oscura asintiendo distraída.

— ¿Cómo hace para verse tan irresistible? —Tomando su mentón—. Debería ser ilegal ser tan tentador y sexy...

—No lo sé —Encogiéndose de hombros, soltando una breve carcajada—, supongo que es algo natural... Perfecto en todos los sentidos...

—No tengo dudas de eso... Además, es tan dulce... —Con una sonrisa trazándose en sus labios, mientras suspiraba enamoradiza—. Al verlo, mi felicidad aumenta diez mil veces más...

— ¡Y quien no! —Exclama como si aquello fuera una obviedad—. Puedo estar muy triste y deprimida, pero si lo tengo a mi lado, todo eso desaparece... Es capaz de alegrarme el día en un segundo...

—Aww... —Expresó con voz un tanto chillona—. ¡Por eso, lo amo cada vez más...!

—Yo igual... No sé qué sería de mi vida sin él...

En eso, el bohemio de mechas azuladas y orbes de igual color hace su aparición en la sala del barco, saludando a su hermana con un golpecito en el hombro, a lo que ella le dio un ligero pellizco.

Luego observa con ternura a la rubia, acercándose a ella y depositando un con un cariñoso y meloso beso en sus labios.

—Me empalagan... —Expresó Juleka sacando la lengua, a lo que Couffaine y Lavillant revolaban sus ojos.

— ¿Y bien? —Tirándose en el sofá junto a la de cabello corto, rodeándola con su brazo—. ¿Qué hacían?

—Sólo hablábamos de lo maravilloso y perfecto que eres... —Respondió Rosita, rozando su nariz con la del varón.

— ¿En serio? —Dando caricias sutiles a sus labios, con una sonrisa ladina—. No me sorprende. Soy alguien... excepcional... —Adhiriéndose por completo a los carmesíes de la fémina, en un ansioso y hambriento beso.

En cambio, Juleka fruncía el ceño, totalmente confundida.

—Espera un segundo... —Interrumpiendo su burbuja de amor—. ¿De quién hablábamos?

—De Luka... —La Couffaine niega con la cabeza, haciendo una mueca— ¿Verdad?

—Amm, nop... —La azabache revuela los ojos, con un mohín en los labios—. Yo hablaba de este bebé... —Alzando el tazón de helado que llevaba comiendo desde hace un rato—. Nada supera a un buen helado, sobre todo, si es de chocolate... —Tomando una enorme cucharada del postre y tragándolo, a la vez que manchaba sus mejillas en el proceso.

Bohemio y rubia no habían respondido, con una expresión de desconcierto se adueñaba de su rostro.

— ¿Es enserio, Juleka? —Inquirió la muchacha arqueando una ceja, mientras la aludida comía otra gran cucharada de helado.

—Increíble... —Bufó el ojizarco—. Superado por un helado...

JULIO MULTISHIPP [Drabbles y oneshots]Where stories live. Discover now